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Se ha retrasado caso de dos estudiantes asesinados del Tec de Monterrey

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Mural en honor a Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, estudiantes de doctorado del Tecnológico de Monterrey que fueron asesinados el 19 de marzo de 2010 a las puertas de la institución por elementos del Ejército Mexicano, en la capital de Nuevo León. Foto Cuartoscuro / Archivo
19 de marzo de 2021 14:24

Monterrey, NL. Familiares de los dos estudiantes del Tecnológico de Monterrey que fueron abatidos por soldados el 19 de marzo de 2010 a las puertas de la institución, denunciaron que tras la disculpa pública del gobierno federal, el caso se ha dilatado y se ha apostado al olvido de las víctimas.

La madre de Jorge Mercado, Rosa Elvia Mercado, y el padre de Javier Arredondo, Javier Arredondo, realizaron una conferencia de prensa virtual acompañados del Colectivo Todos Somos Jorge y Javier, en donde denunciaron que a 11 años del crimen, los seis militares implicados en la masacre de los estudiantes de excelencia continúan sin recibir sentencia.

“Ha sido tortuoso el camino y parecía que el cambio de gobierno y la disculpa pública y el compromiso de las nuevas autoridades daba una luz para ver materializada la justicia, pero después del 19 de marzo de 2019, las promesas incumplidas y las trabas jurídicas y burocráticas hacen pensar más que existe un pacto de impunidad y una protección a favor de los militares”, denunció Mercado.

“Sabemos que existen derechos de ambas partes, pero la balanza se ve más inclinada a su favor, ¿será a caso que la militarización del país y los temas de seguridad pública llevan implícito ese pacto de impunidad?, ¿a qué le están apostando, a que con el tiempo se olvide y un día sin más salgan libres y nos digan que son inocentes?

“La disculpa pública no sirvió para llegar a la justicia, porque a raíz de la disculpa pública todo se apagó, ya las autoridades no le pusieron ganas, no sabemos si fue nada más un adorno, un “ya quédate callado”, pero si lo hicieron con ese objetivo, se equivocaron, porque no nos vamos a quedar callados”.

La madre de Jorge acusó además que han sido totalmente abandonados por la administración actual de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

“Si anteriormente no había comunicación, la comunicación fue casi nada, pero bueno, le ponemos el “casi”, ahora es nada, en ningún momento ninguna autoridad de la Comisión Nacional de Derechos Humanos se ha comunicado, o sea, no tienen cuidado realmente de las víctimas, ahí si yo me pudiera atrever (a decir) que es un adorno esa Comisión, porque no defienden los derechos de las víctimas.

“Nadie en los últimos cuatro años ha tenido el mínimo interés de buscarnos, la propia CNDH, en voz de su ex titular Luis Raúl (González Pérez), se comprometió en vísperas de la disculpa pública en hacer algo, en un alarde de defensor de los derechos humanos, el día que nos recibió por primera vez en nueve años dio instrucciones al personal que nunca antes nos apoyó y se inició un expediente de queja, que, como el anterior del que derivó la recomendación, no sirvió de nada”.

Mercado también señaló que pese a que como víctimas indirectas del asesinato extrajudicial de Jorge y Javier se les ha pedido no contratar abogados privados y hacer uso de los defensores públicos de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, a los militares acusados les permiten tener letrados particulares.

“Es raro que nosotros como víctimas indirectas tenemos asesores jurídicos de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y se nos prohíbe tener un abogado particular, los militares, en lugar de tener un defensor público, cuenten con los servicios de un despacho privado de abogados que defienden a puros militares, abogados de los casos de Tlatlaya y Anáhuac, yo me pregunto, ¿quién les paga, es acaso que la Sedena usa recursos públicos para defender criminales?”.

Hace 11 años, el 19 de Marzo de 2010, Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, estudiantes del Tecnológico de Monterrey, fueron asesinados en la puerta del centro de estudios por elementos del Ejército Mexicano.

Tras el crimen, los militares les robaron sus identificaciones y les sembraron armas; en la versión oficial de la Secretaría de la Defensa Nacional, y que prevaleció hasta 2019, cuando el gobierno federal brindó una disculpa pública a los padres de ambos, se señaló que Jorge y Javier iban armados “hasta los dientes”.

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