Ciudad de México. La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, respaldó la Ley de Industria Eléctrica recientemente aprobada por el Congreso, al señalar que ésta busca el fortalecimiento de la política nacional energética basada en criterios de sustentabilidad y de soberanía.
Al conmemorar la expropiación petrolera de 1938, destacó que la transformación de México que impulsa el gobierno de la República, el interés general siempre estará por encima del particular.
“Los intereses de la nación estarán por encima de los intereses privados, donde el interés del pueblo y su bienestar es una guía. Esa es la esencia de nuestro movimiento y por ello, hoy 18 de marzo, concebimos al sector energético como eje sustantivo del desarrollo, en una visión de soberanía, con beneficios para el bienestar, el desarrollo económico y el medio ambiente”, expresó la titular del ejecutivo local en un acto realizado en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
Ante el director del Instituto Politécnico Nacional, Arturo Reyes Sandoval, la titular del ejecutivo local expresó que la política energética que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador, tiene como eje cinco principios esenciales: soberanía, robustez frente a cambios externos, cobertura de necesidades energéticas básicas de la toda la población, fortalecimiento de las reservas y disminución de impactos ambientales, incluido la mitigación del cambio climático.
Subrayó que a partir de 1999, el periodo neoliberal “dejó una cadena de reformas regresivas que terminaron por cambiar la Constitución en 2013, a favor de una política de privatizaciones, que dejó un sistema energético nacional que no cumple con los objetivos ni económicos, ni ambientales, ni sociales, ni de beneficio para la nación”.
En ese sentido, citó un artículo que escribió el 23 de marzo de eso año en las páginas de La Jornada, en torno al primer intento de privatizar la industria eléctrica durante el sexenio de Ernesto Zedillo, con la que, la única garantía era la ganancia de las empresas extranjeras.
De allí que, recordó, las razones de la expropiación petrolera y la nacionalización de la industria eléctrica, fueron sustentadas en el hecho de que las compañías privadas habían explotado los recursos para beneficio propio, por lo que el Estado garantizaba una visión de servicio público.