Ante los altos niveles de concentración de los contaminantes del aire, es necesario avanzar en establecer niveles de alerta más estrictos para proteger a los sectores más vulnerables, como los niños, adultos mayores, asmáticos, así como a las personas recuperadas de covid-19, consideró Horacio Riojas del Instituto Nacional de Salud Pública.
Durante el foro virtual Panorama Latinoamericano de Contingencias Atmosféricas organizado por la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came), señaló que los contaminantes ocasionan en las personas respuestas que tienen que ver con inflamación, un deterioro en la capacidad de respuesta del organismo, lo cual predispone a agudizar eventos crónicos en la salud. Recordó que el ozono genera una irritación de vías respiratorias, lo cual puede agravar enfermedades pulmonares. Lo mismo pasa con las partículas que se alojan en los pulmones y pueden llegar hasta la sangre, agregó.
Por su parte, Olivia Rivera de la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México, sostuvo que durante la última década la meteorología es el factor determinante para las concentraciones altas de ozono, por eso se definió la temporada de ozono al igual que en California. Esto es así debido a la estabilidad atmosférica, hay más radiación solar, temperatura elevada y baja humedad, lo cual evita la dispersión de contaminantes.
A su vez, Stephan Brodziak, del Observatorio Ciudadano de Calidad del Aire, se refirió a que el programa de contingencias es un plan pendiente, “es fundamental contar con herramientas como el índice de aire y salud y estipular los protocolos para la activación de contingencias, las herramientas pueden ayudar a romper las inercias que impiden el acceso a un derecho a la salud y al medio ambiente sano”.