Ciudad de México. El Covid-19 trajo 1.4 millones de embarazos no deseados en los países en desarrollo, debido a que la emergencia sanitaria impidió el acceso a servicios de planificación familiar, estimó el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés).
Un año después de haber sido declarada pandemia, uno de los efectos colaterales de esta enfermedad, sobre todo en naciones de renta baja y media, entre ellas México, fueron nuevos nacimientos no planificados.
Esta agencia de la ONU refirió que la desviación de los recursos y la atención sanitaria a la emergencia del Covid-19, así como a las restricciones de movimiento impuestas para detener los contagios, generaron que en 2020 alrededor de 12 millones de mujeres en 15 naciones en desarrollo perdieran el acceso a programas anticonceptivos y servicios de control de natalidad por casi cuatro meses.
Nuevos datos presentados este jueves por el UNFPA revelaron que la atención de salud sexual y reproductiva se interrumpió en estos países en una media de 3.6 meses, debido a que los sistemas sanitarios “no daban abasto para atender los casos de Covid-19 y los gobiernos establecieron medidas de confinamiento y cerraron las actividades con el fin de controlar la transmisión del virus”.
En declaraciones difundidas por el Centro de Información de las Naciones Unidas, Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA, afirmó que el impacto devastador que ha tenido la pandemia en la vida de millones de mujeres y niñas subraya la importancia de garantizar la continuidad de los servicios de salud reproductiva.
“Los embarazos no se detienen por la pandemia o por las crisis. Debemos asegurarnos de que las mujeres y las niñas tengan acceso ininterrumpido a anticonceptivos que salvan vidas y a medicamentos para la salud materna”, subrayó.
A pesar que la cifra de embarazos no deseados a causa del Covid-19 es alta, la funcionaria internacional advirtió que pudo ser peor, pues en abril del año pasado se estimaba que podrían haber sido 44 millones las mujeres en el mundo sin acceso a los servicios de planificación familiar.
Cuando se declaró la pandemia, la agencia dirigida por Kanem advirtió que las cadenas de producción y suministro de anticonceptivos podrían verse amenazadas, por lo que en su carácter de mayor comprador mundial de esos productos para los países en desarrollo, trabajó con los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado para mitigar esa problemática.
Gracias a ello, detalló, el UNFPA consiguió financiamiento anticipado de los gobiernos, con lo que se pudo añadir más proveedores a su lista y supervisó los niveles de inventario mundial, transfiriendo los excedentes de existencias a países con necesidades urgentes, entre otras medidas.
Se logró entregar a millones de mujeres en el mundo anticonceptivos y otros suministros, brindarles información y usar los “centros de cuarentena” de algunos países para ofrecer también servicios de planificación familiar. Con estos esfuerzos, dijo, se evitó el peor escenario.