Ciudad de México. Personas y empresas dejaron de pagar cerca de 107 mil millones de pesos a los bancos tras el programa de apoyo que fue lanzado a finales de marzo y que consistió en diferir pagos sin el cobro de intereses extraordinarios, informó Juan Pablo Graf, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Al participar en la inauguración de la 84 Convención Bancaria, refirió que 60 mil millones de pesos ya son incobrables para las instituciones financieras.
El presidente del órgano regulador, precisó que hasta el mes de enero de este año, el monto de los créditos que se acogieron al programa de apoyo a deudores se ubicó en 890 mil millones de pesos.
De ese total, 83 por ciento permanece vigente sin que hubiese requerido ningún tipo de apoyo, 12 por ciento fueron reestructurados y se mantienen vigentes, y cinco por ciento se encuentra vencido, ya que finalmente las personas o empresas no pudieron seguir pagando, lo que representa una cantidad cercana a los 47 mil mdp.
Así, explicó, al primer mes del año, el monto de los créditos amparados por los criterios contables ha disminuido en 177 mil millones de pesos desde su instrumentación. De esta cantidad, 60 mil millones de pesos correspondieron a castigos de cartera para créditos incobrables, 49 mil millones de pesos por amortización y 68 mil millones a liquidación.
"El efecto total de los créditos que finalmente no pagaron desde ser apoyados en una primera etapa, ha sido alrededor de 107 mil millones de pesos, equivalentes al 10 por ciento del programa original”, detalló Graf Noriega.
Graf Noriega enfatizó que los programas de reestructuras instrumentados por los bancos, para hacer frente al despertar de las carteras, consistieron en revisar las condiciones de pago para adaptarlas a la nueva realidad económica de los acreditados.
“Se han realizado alrededor de siete millones de reestructuras por un monto de 210 mil millones de pesos, de los cuales, 53 por ciento se beneficiaron de los programas previos”, apuntó el presidente de la CNBV.
En lo que respecta al Índice de Morosidad (Imor), detalló que el efecto por los créditos que se acogieron a los programa de apoyo comenzó a resentirse a partir de noviembre de 2020, por lo que en ese mes, el Imor en dichos créditos era de 1.4 por ciento, pero a enero de este año, se situó en 5.3 por ciento.
“Este último dato se explica por el impacto de los créditos que despertaron en octubre y no pudieron acreditar el pago sostenido en los siguientes tres meses”, aclaró.
Puntualizó que de forma particular, la morosidad en los créditos al consumo, que a enero llegó a 12 por ciento, tuvo un impacto directo en el índice de impago de toda la cartera de crédito.
“Daremos seguimiento al despertar de las carteras, pues el 20 por ciento que no ha despertado impactará en la morosidad en el primer trimestre de este año”, dijo.
Graf Noriega, agregó que la CNBV permitirá a la banca la reducción de los ponderadores de capital, en sectores como el consumo, los microcréditos, las pequeñas y medianas empresas y en las hipotecas, para que los bancos dirijan sus nuevos créditos a estos sectores y sean verdaderos “impulsores del crecimiento económico”.