Iguala, Gro. En Iguala, donde se extiende la sombra de la desaparición y la represión de los 43 alumnos de la escuela normal Raúl Isidro Burgos, "sería imperdonable no recordar a los estudiantes de Ayotzinapa, porque ese día el autoritarismo mostró su rostro siniestro”, adujo el presidente Andrés Manuel López Obrador.
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En el cerro Tlahuehue de esta ciudad, el mandatario denunció que el 26 de septiembre de 2014 se evidenció la connivencia entre las autoridades y el crimen organizado.
Aseguró que la llamada verdad histórica promovida por el gobierno de Enrique Peña Nieto se ha derrumbado, “no sabemos dónde están los estudiantes de Ayotzinapa; esto no quiere decir que nos demos por vencidos”.
Esto significa -insistió-, convocar a todo el pueblo para que informe de los hechos, “no claudicar y encontrar a los jóvenes y castigar a los culpables. Ayotzinapa es una espina en el corazón de los mexicanos.”
El mandatario aseguró que se va a saldar la deuda “con los muchachos”. Cuando existe sinceridad política, y se erradican las componendas, se alcanzará la verdad.
Para el tabasqueño, “no se ha escrito la historia de la represión en México, seguramente sería un relato cruel e inhumano”.
Así, al pie de la faraónica asta bandera, que en la misma fecha -pero de 1998- inauguró Ernesto Zedillo, se tendió un podio con 18 lugares para conmemorar la promulgación del Plan de Iguala firmado por Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide, y el Día de la Bandera.
El eje de 113 metros desplegó el lábaro monumental cuando el presidente de la República y su invitado de Argentina, Alberto Fernández oprimieron el botón para izarla.
Mientras se elevaba y los integrantes de la comitiva argentina y los funcionarios del gobierno federal observaban saludando a la bandera, tres aviones de la Fuerza Aérea surcaron la altura y pintaron con los tres colores los alto de la colina.
Las esposas de Alberto Fernández y Andrés Manuel López Obrador, Fabiola Yañez esposa de Alberto Fernández y Beatriz Gutiérrez, lo mismo que el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, también Diego Prieto, director del INAH, la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, entre otros secundaron la celebración.
Desde tres horas antes, el personal militar ya tenía preparado el escenario sobre la colina del cerro Tlahuehue. Bajo el abrazador calor de medio día los soldados -mujeres y hombres- cumplían la orden de permanecer en sus sitios, también se desplegaron dos corrales para los medios de comunicación. Y fue tan intensa la temperatura que una niña de la escolta bandera sufrió los estragos de la insolación.
Hasta el director del INAH, Diego Prieto resbaló al sustituir el nombre de Alberto por el de Alejandro referirse al presidente de Argentina. También expuso una apologética de proceso de independencia que le llevó a decir que es necesario ponerse de acuerdo en un “nuevo plan de Iguala” sencillo, solo se trata de recuperar la frase prístina de Vicente Guerrero, “la patria es primero”, repuso.
Así, se celebró uno de los principales hechos de históricos de la Revolución de Independencia. En esta ciudad, el presidente López Obrador remontó el cerro Tlahuehue. Junto a su esposa, observo a los niños, mujeres y hombres que le revivieron agitando banderitas de México y Argentina.
También algunas enfermeras de Petatlán, le pidieron la reconversión de su hospital a un hospital general, también algunas mujeres inconformes por “los excesos” de Esther Gómez, esposa del subdelegado federal de salud en el estado.