Ciudad de México. México no tiene una legislación que garantice salarios iguales para mujeres y hombres que realicen el mismo trabajo, condiciones similares para el cuidado de los hijos, ni tampoco cuenta con esquemas que promuevan un acceso a pensiones equitativo, evidenció el Banco Mundial.
Como parte de su informe Mujeres, Empresas y Derecho 2021, el organismo mostró que si bien hay un marco legal que da los mismos derechos a mujeres y hombres en cuanto a movilidad, lugares de trabajo, emprendimiento, matrimonio y tenencia de activos, el país está rezagado en otros aspectos.
Con una calificación general de 88.8 con base de 100, la legislación en México para promover salarios y pensiones bajo condiciones equitativas es de 75 puntos, mientras la base legal para dar los mismos derechos a los trabajadores que tienen encima también la crianza de los hijos es el rubro de más rezago con 60 unidades.
A nivel mundial, “en promedio, las mujeres tienen solo las tres cuartas partes de los derechos legales concedidos a los hombres. Las mujeres ya estaban en desventaja antes de la pandemia y las iniciativas de gobierno para amortiguar algunos de sus efectos, aunque innovadora, han sido limitadas en muchos países”, indica el reporte.
David Malpass, presidente del Banco Mundial, consideró que la pandemia “ha exacerbado desigualdades existentes que ponen en desventaja a niñas y mujeres, incluyendo barreras para asistir a la escuela y mantener trabajos”. A ello se suman el incremento en violencia doméstica, desafíos en salud y seguridad, agregó.
Predomina la negligencia para legislar condiciones de igualdad. Sólo 90 economías de 190 evaluadas tenían un marco regulatorio para que se pagara igual a hombres y mujeres por el mismo trabajo; y antes de la pandemia menos de una cuarta parte garantizaban legalmente a los padres empleados cualquier tiempo libre para cuidado de los niños.
Con el cierre de cierre de escuelas, alrededor de 40 economías adicionales introdujeron políticas de licencia o beneficios para ayudar a los padres con el cuidado de los niños. “Aún así, estas medidas son probablemente insuficientes para abordar los desafíos que muchas madres trabajadoras enfrenta, o la crisis del cuidado infantil”, subraya el reporte.
A la falta de políticas de cuidad, se suma el incremento de la violencia de género. Una investigación preliminar muestra que desde inicios de 2020 los gobiernos introdujeron cerca de 120 nuevas medidas incluidas líneas directas, asistencia psicológica y refugios para proteger a las mujeres. También se agilizaron los procesos judiciales en el rubro familiar.
Sin embargo, el Banco Mundial subraya que los gobiernos aún tienen espacio para promulgar medidas y políticas dirigidas a abordar las causas de raíz de esta violencia. “Es claro que es necesario más trabajo, especialmente en mejorar las licencias para padres y en igualar las remuneraciones”, dijo Mari Pangestu, directora gerente de Políticas de desarrollo y asociaciones del Banco Mundial.
“Los países necesitan crear un ambiente legal que mejore la inclusión económica de las mujeres, en orden de que ellas puedan hacer las mejores decisiones para ellas y sus familias”, abundó. En ese sentido, la reformas también deben abordar las restricciones que las mujeres enfrentan en el tipo de trabajos, tareas y horas que no pueden trabajar, segregándolas a los trabajos de menores ingresos.