Ciudad de México. Una brisa fresca se instaló en el banquillo del Tri femenil tras más de 20 años de los Cuéllar. La estratega Mónica Vergara armó una oncena de gran dinámica que, al son de 3-1, advirtió a Costa Rica que México está listo para enseñorarse en el tercer sitio de la zona de Concacaf. El gran reto en esta nueva etapa es acercarse al nivel de las potencias del área, Canadá y Estados Unidos. Lo más benéfico de la proyectada liga estadunidense sería incluir el futbol de mujeres.
Con una interesante propuesta, las tricolores se citaron con la historia en el partido amistoso celebrado el sábado en el estadio Azteca. La internacional Stephany Mayor, capitana en el rol de creativa estuvo a la altura; el equipo se presentó con un impulso incontenible, una alegría que se manifestó en ataques desbordados, dos opciones se fallaron antes de los goles. Luego, Vergara quiso observar a más jugadoras y el nivel menguó, pero fue un gran ensayo que espera réplica el martes en el CAR.
Tres años después de su creación, la Liga Mx Femenil rinde fruto a pesar de que el grueso de los clubes no ha tomado con el interés debido a las entusiastas mujeres. Ello explica que la estratega esté tomando como base a los poderosos equipos regios. Lo evidente –una vez más– es que existía de tiempo atrás un potencial que la Federación Mexicana de Futbol mantuvo soterrado por desdén, pereza o apatía, hasta el día en que le tocó acatar los designios de la FIFA.
Mónica es la alumna avezada de Leonar-do Cuéllar, pero todo indica que habrá un viraje en el estilo de juego para darle vivacidad y poder ofensivo. Falta sumar el talento de las jugadoras foráneas con Charlyn Corral a la cabeza, por ahora convaleciente de una operación de rodilla. La delantera estuvo borrada en la última etapa de los Cuéllar, no obstante, una Pichichi jamás puede ser una pieza ignorada.
Los árbitros quedaron en el ojo del huracán tras partidos de la fecha 7. Desde la circunstancial atajada
de Óscar Macías a un pelotazo que llevaba firma de gol para Cruz Azul frente al Toluca, pasando por la supuesta alineación indebida de Federico Viñas ignorada por Édgar Rangel, cuarto juez en el Atlas-América, en cuyo partido Fernando Guerrero regaló un penal a las Águilas. Y de remate, los presuntos insultos racistas que no vio ni escuchó Adonai Escobedo en el San Luis-Santos.
Se vaticina un castigo para Rangel, pero ya son muchas fallas en el cuerpo colegiado que encabeza Arturo Brizio. Los errores son el pan de cada semana y el videoarbitraje parece haberse convertido en un dolor de cabeza. Los jueces centrales hacen consultas demasiado largas o de plano se alzan de hombros y acatan dóciles el veredicto dictado desde la cabina del VAR.
Las indagatorias sobre el caso de racismo y de Viñas están en curso. Grupo Orlegi es el quejoso en ambos asuntos: Atlas está ansioso por recibir tres puntos en la mesa, sería un verdadero regalo del cielo para un club en apuros. Y Santos Laguna acusa al argentino Germán Berterame de proferir insultos racistas contra Félix Torres. Los señalamientos se extienden hasta la directiva del Atlético San Luis.
Dicen que el coronavirus adormece el gusto y el olfato, y tal parece que ya afectó a todos los adictos al futbol, pues en la Liga Mx no rutilan las escasas figuras y pocos partidos se pueden saborear. Necaxa le arrebató un punto al desabrido Monterrey, El Jefe Tomás Boy encendió las alarmas en el faro de Mazatlán con tres derrotas. América se instaló en el liderato con un partido soso..., salvo que le quiten los puntos reclamados por los rojinegros.
León batalló para retomar la senda victoriosa, ganó con apuro a unos Pumas que no son ni la sombra del torneo anterior. Las ausencias por lesiones le están pesando demasiado al técnico Andrés Lillini, quien vive un torneo de pesadilla. Cruz Azul de nuevo alienta la ilusión en sus dubitativos seguidores que no saben si reincidir en esa relación tóxica, si esta vez el impulso va en serio o todo terminará de nuevo en lágrimas y frustración. Cierra hoy el telón con el choque de deprimidos: Tuzos-Chivas.