Los Angeles. Kim Kardashian West solicitó el divorcio de Kanye West en el Tribunal Superior de Los Ángeles luego de seis años y medio de matrimonio, según documentos de la corte.
La decisión lleva al inminente fin de “Kimye” y acaba con una de las uniones de celebridades más conocidas del siglo XXI: el matrimonio de una superestrella de reality shows y un magnate del hip hop y la moda con cuatro hijos, una vasta fortuna que dividir y aún más fama.
La pareja comenzó a salir en 2012 y tuvieron a su primera hija en 2013. West le propuso matrimonio ese mismo año usando una pantalla gigante en el estadio vacío de los Giants de San Francisco, y se casaron el 24 de mayo de 2014 en una fortaleza renacentista en Florencia, Italia.
La solicitud de divorcio llega tras el anuncio de septiembre de que el programa que hizo famosa a su familia, “Keeping Up With The Kardashians”, llegará a su final en 2021 luego de 14 años al aire.
Era el primer matrimonio para West, de 43 años, y el tercero para Kardashian, de 40. Aunque la unión no fue duradera, sí superó los pronósticos de muchos cínicos que pensaron que su ruina era inevitable dadas sus respectivas personalidades enormes, la conocida volubilidad de West y el hecho de que el matrimonio previo de Kardashian, con el exjugador de la NBA Kris Humphries, fue realmente fugaz.
Kardashian se casó por primera vez a los 19 años, en el 2000, con el productor musical Damon Thomas, y se divorció de él en 2004. En 2011 se casó con Humphries en una boda muy publicitada que se transmitió por televisión como un especial de dos partes en “Keeping Up With the Kardashians”.
Pidió el divorcio del basquetbolista tres meses después, aunque todavía estaba legalmente casada en 2012 cuando ella y West, un viejo amigo que le había rendido homenaje en sus canciones, comenzaron a salir y ella quedó embarazada.
Desde el divorcio de Humphries, Kardashian ha conservado los servicios de la abogada de divorcios quizás más conocida de Estados Unidos, Laura Wasser, cuya lista de clientes incluyen a Angelina Jolie, Johnny Depp y Britney Spears. Wasser presentó la solicitud de divorcio el viernes en el Tribunal Superior de Los Angeles. El primer medio en reportarlo fue el cibersitio de farándula TMZ.
Kardashian está atada a su vida en el área de Los Ángeles, pero West es de Chicago y pasa gran parte del tiempo — incluyendo muchos de los últimos meses de su matrimonio — en su hacienda en Wyoming, donde quiere que sus hijos lo acompañen.
Los cuatro niños son todos pequeños: North tiene 7 años, Saint 5, Chicago 3, y Psalm 21 meses.
Tanto Kardashian como West aprovecharon su fama inicial — él como un cotizado productor de hip hop y el rapero detrás de éxitos como “Stronger” y “Gold Digger”; ella como estrella de realities — en proyectos más grandes, logrando amasar una considerable fortuna.
La marca de moda de West, Yeezy, con ropa costosa y codiciados tenis Adidas, se ha convertido en una parte tan importante de su vida y personalidad como su música. Kardashian pasó de ser una celebridad a una empresaria con aplicaciones móviles y juegos con su nombre, así como productos de belleza y ropa.
West tiene 30 millones de seguidores en Twitter y Kardashian cerca de 200 millones en Instagram. Ambos son de las personas más comentadas en la historia de redes sociales.
West apoyó abiertamente a Donal Trump y se convirtió en candidato presidencial el año pasado; al final tuvo poco efecto en la elección. Kardashian ha tomado los primeros pasos para convertirse en abogada después de dedicarse cada vez más a liberar a personas injustamente encarceladas, lo que la llevó a reunirse con Trump.
Aunque su matrimonio era muy conocido, siendo ellos ellos son dos expertos en autopromoción que se volvieron equipo, no solían aparecer juntos en público tan frecuentemente. Y la forma de funcionar de su matrimonio era un secreto bien guardado que llevó años en sacar a la luz pública. En “Keeping Up with the Kardashians”, West aparecía sólo ocasionalmente, la mayoría de tiempo era un personaje del que se hablaba mucho pero que estaba fuera de pantalla y a diferencia de otras parejas Kardashian, los espectadores no vieron peleas en televisión o momentos especialmente tiernos.
Lo que sí tuvieron fueron viajes por el mundo, momentos impactantes y controversias, de un viaje a Jerusalén para el bautizo de North, a semanas de la moda alrededor incluyendo una en París donde Kardashian fue amagada y le robaron, al largo pleito entre West y Taylor Swift, en el que Kardashian se vio inmiscuida.
Pero sus carreras no se cruzaron mucho, pues pasaron gran parte de su tiempo casados separados.
La personalidad sumamente cuidada de ella contrataba con los momentos erráticos en público de él, que solían resultar en declaraciones desbocadas y tormentas de tuits.
En uno de esos tuits, borrado desde entonces, West dijo en julio de 2020 que había tratado de divorciarse de Kardashian, que la madre de ella, Kris Jenner, era una tirana y que la familia estaba tratando de obligarlo a llevar tratamiento psiquiátrico.
Kardashian respondió con un comunicado en Instagram pidiendo a la gente tener compasión por West pues tenía una enfermedad mental.
“Es brillante pero una persona complicada además de las presiones de ser un artista y hombre negro, que experimentó la dolorosa pérdida de su madre, tiene que lidiar con esa presión y aislamiento que es aumentada por su desorden bipolar”, dijo Kardashian. “Todos los que son cercanos a Kanye conocen su corazón y comprenden que sus palabras a veces no coinciden con sus intenciones”.
West no ha tuiteado desde la noche de las elecciones. Kardashian estaba silenciosa el viernes en redes sociales.