Barcelona. A sólo unas horas de que comiencen los comicios, la principal preocupación de las autoridades de Cataluña y de los jueces de la Junta Electoral Central es si finalmente se podrán constituir las mesas electorales suficientes para garantizar una jornada electoral con garantías. Y a la espera de que los casi seis millones de ciudadanos catalanes convocados a las urnas acudan a votar para elegir a los nuevos 135 miembros del Parlamento regional, que será a su vez el órgano responsable de elegir al futuro gobierno autonómico que presidirá las instituciones los próximos cuatro años.
Cataluña es la comunidad autónoma del Estado español que más elecciones ha celebrado en los últimos años, debido a la convulsa situación política que se vive en la región y en las cada vez más intensas reivindicaciones de independencia y autodeterminación. Serán las quintas elecciones en diez años, sin contar las dos consultas ciudadanas en las que la ciudadanía se pronunció sobre si prefería permanecer en el Estado español o ser independiente, lo que precipitó la actual crisis política.
Están habilitados para votar 5 millones 624 mil ciudadanos en las provincias de Barcelona, Tarragona, Lleida y Girona y se elegirán a los 135 diputados del Parlamento regional. Está en disputa el gobierno de la Generalitat actualmente controlado por una coalición de las fuerzas independentistas -Junts per Catalunya (JxCat), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Candidatura Única Popular (CUP).
A horas de la apertura de que comience la votación persiste la incertidumbre de si se podrán constituir todas las mesas electorales para llevar a cabo la votación. Es decir, si se podrán erigir los más de dos mil 750 puntos de votación ante el temor por el virus del Covid-19, dado que en Cataluña y el territorio español la tasa de contagio está por encima de 500 casos por cada 100 mil habitantes.
El objetivo de las autoridades electorales es constituir dos mil 763 colegios electorales y 9 mil 139 mesas, para lo que será necesario movilizar a 82 mil 251 ciudadanos que tendrán que fungir como presidentes, vocales y suplentes.
Se prevé que una buena parte del electorado se niegue a acudir las mesas por el riesgo de contagio. Por lo pronto, prefirieron el voto por correo, algo más de 284 mil personas.
Bernat Solé, consejero de Interior, confirmó que la última hora de las votaciones -es decir, entre las siete y la ocho de la noche-, se reservará para que puedan votar los ciudadanos confinados por haber dado positivo en Covid-19, para lo que se distribuirán entre los agentes policiales y funcionarios de casilla que recibirán sus votos una serie de equipos de protección especial para evitar contagios.