Ciudad de México. En la 29 Jornada Mundial del Enfermo, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y la Arquidiócesis Primada de México, expresaron por separado, la importancia de atender a los enfermos y a quienes los cuidan. Sobre todo en el actual contexto de pandemia por COVID-19.
El papa Francisco, a través de Twitter destacó que se debe brindar “atención especial a las personas enfermas y a quienes cuidan de ellas. Pienso, en particular, en quienes sufren en todo el mundo los efectos de pandemia del coronavirus. A todos, especialmente a los más pobres les expreso mi cercanía”.
Aseguró que este es un “tiempo de prueba” y precisó que por intercesión de Nuestra Señora de Lourdes, patrona de los enfermos, los feligreses oren para conceder salud de “alma y cuerpo a cuantos sufren a causa de alguna enfermedad y de la actual pandemia, y que fortalezca a quienes los asisten y acompañan”.
La Arquidiócesis Primada de México, informó que el cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México, junto con los obispos auxiliares y los capellanes COVID, rezarán un Rosario para “pedir por poner fin a la pandemia y la recuperación de los enfermos”.
Este año el papa Francisco emitió un mensaje sobre la jornada para manifestar su cercanía con los que sufren por la pandemia, particularmente los más pobres y marginados. Conminó a establecer una relación directa y personal con el enfermo, dejándose involucrar en su sufrimiento, hasta llegar a hacerse cargo de él por medio del servicio.
En el rezo del Rosario de esta tarde estarán presentes religiosas plancartinas que han servido en hospitales en la atencion de enfermos, entre ellos pacientes COVID-19.
La CEM destacó que la pandemia “ha sacado a la luz numerosas insuficiencias de los sistemas sanitarios y carencias en la atención de las personas enfermas” y añadió que “los ancianos, los más débiles y vulnerables no siempre tienen garantizado el acceso a los tratamientos, y no siempre es de manera equitativa. Esto depende de las decisiones políticas, del modo de administrar los recursos y del compromiso de quienes ocupan cargos de responsabilidad”.
Lamentó que el el país “la salud sigue amenazada por múltiples factores, entre los cuales, ocupa un lugar significativo desde hace casi un año, el aumento de contagios por COVID-19” y precisó que “la infraestructura de salud a nivel nacional y los presupuestos destinados a combatir la pandemia están resultando insuficientes”.
Destacó que “la minimización de la contingencia, la falta de pruebas constantes para determinar el tamaño del contagio, diversas fuentes de desinformación sobre la eficiencia y/o la inmoralidad en la ingeniería genética de algunas vacunas circulan por diversas redes sociales” y todo ese “escenario siembra confusión y disminuye la confiabilidad en las ciencias biomédicas rigurosas, y en ocasiones, se llega incluso a desafiar el juicio y las orientaciones de la propia autoridad eclesial”.
La Jornada Mundial del Enfermo fue instituida por Juan Pablo II en mayo de 1992.