Ciudad de México. De las fosas clandestinas sobre las cuales informó el viernes el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, casi todas han sido descubiertas por familias de personas desaparecidas, pues los integrantes de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) no están capacitados
para hacer ese trabajo ni muestran la empatía y sensibilidad para tratar con las víctimas.
Así lo afirmó Karla Guerrero, representante del Frente Nacional de Desaparecidos y Desplazados, quien destacó que las tumbas descubiertas en meses recientes en el estado de Guanajuato son un caso especialmente grave, pues en cada una se han encontrado en promedio entre 35 y 50 cuerpos.
Toda la información que tiene Encinas es proporcionada por los familiares, porque la CNB no tiene la menor idea de cómo se busca en una fosa. A veces no llevan el material necesario ni la gente capacitada; las familias somos quienes les enseñamos y todavía nos encontramos con personas prepotentes que piensan que tienen más conocimiento que nosotros porque son servidores públicos
, denunció la activista.
La falta de capacidades de la CNB, dijo, incluso ha dado pie a casos en los que dicho organismo acude a fosas clandestinas y asegura que ya no hay restos ahí que se puedan recuperar, pero cuando las familias regresan a esos sitios tiempo después vuelven a encontrar cuerpos humanos, como ha ocurrido en los estados de Veracruz y Tamaulipas, entre otros.
Guanajuato, un horror
Guerrero –quien busca a su esposo Herón Miranda, desaparecido en 2014– destacó que Guanajuato es una de las entidades en donde la situación de las fosas clandestinas es más grave, pues la menor cantidad que han encontrado en algunas de ellas es de 35 personas, pero en otras el número llega a casi 80.
Guanajuato es un horror de fosas, y aparte de que los familiares deben ir a las búsquedas sin mucho conocimiento, tienen que ir con chaleco antibalas (por la inseguridad de las zonas exploradas). Imagínate el horror que las familias empiezan a ver
, lamentó.