Ciudad de México. La mayoría de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) incluidas en el proyecto Resiliencia de México enfrentan problemas de deforestación, contaminación por residuos sólidos, descargas de aguas residuales y malas prácticas ganaderas, entre otras, lo que pone en riesgo a las poblaciones de esas zonas, ya que contar con ecosistemas sanos disminuye la amenaza de desastres por inundaciones, marejadas, ciclones, incendios forestales y sequías, advierte la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
El mecanismo impulsado de manera conjunta con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México se implementó en 17 ANP que abarcan 7.8 millones de hectáreas de ambientes terrestre, marino y costero. Su objetivo fue reducir los impactos y amenazas tanto en las personas, comunidades, procesos productivos y en la biodiversidad, para poder enfrentar los impactos del cambio climático.
De ahí el valor de las ANP, que en su conjunto suman 182 con una superficie total de 90 millones 839 mil 522 hectáreas que protegen principalmente a manglares, humedales, lagunas costeras, arrecifes, comunidades coralinas, praderas de pastos y cañones submarinos, entre otros.
De acuerdo con la información de la Conanp, en 14 de las 17 ANP, como el Parque Nacional Cañón del Sumidero presentan condiciones que hacen vulnerables a las poblaciones como la deforestación y la pérdida de cobertura de suelos. En el caso del Área de Protección de Flora y Fauna de la Laguna de Términos enfrenta problemas como las malas prácticas de pesca y la tala de vegetación al margen del río, lo que provoca que las inundaciones tarden más en bajar.
De igual forma, el Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos presenta condiciones de disposición inadecuada de aguas residuales y una deforestación acelerada de la selva para desarrollo urbano, lo que afecta el hábitat y disminuye la captación de agua. En el Parque Nacional Sierra de San Pedro Mártir prevalecen también condiciones de deforestación de bosques y pérdida de pastizales naturales, así como el cultivo de especies de árboles comerciales que requieren cantidades de agua.
Estas condiciones también se presentan en los parques nacionales Constitución de 1857; Costa Occidental de Isla Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizuc, y las reservas de la Biósfera El Vizcaíno; Selva El Ocote; Pantanos de Centla; Tehuacán-Cuicatlán: Mixteca Coixtlahuaca; Tehuacán-Cuicatlán: Tehuacán-Sierra Negra; Tehuacán-Cuicatlán: Cañada Oaxaqueña; Tehuacán-Cuicatlán: Mixteca Poblana, así como el Área de Protección de Recursos Naturales Villa Allende.
Otro aspecto relevante es que las Áreas Naturales Protegidas antes mencionadas enfrentan amenazas climáticas como las sequías, temperaturas extremas, heladas, lluvias torrenciales, huracanes, aumentos del nivel del mar. Por ello, el mantener ecosistemas sanos contribuye a mitigar los impactos de incendios forestales, erosión del suelo, plagas, contaminación por residuos sólidos, actividades ilícitas y escasez de agua.