Medellín. El partido de izquierda FARC, surgido del acuerdo de paz en Colombia, anunció este jueves que cambiará de nombre para alejarse de la sigla que identificó durante más de medio siglo a la guerrilla más poderosa de América.
Tras firmar la paz en noviembre de 2016 con el entonces gobierno de Juan Manuel Santos (2010-18), los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia se transformaron en el partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, ambos abreviados como FARC.
"La dinámica y la práctica nos ha demostrado que es bien complejo mantener el nombre de FARC, no porque estemos arrepentidos de él, no porque nos dé vergüenza, sino porque fue el nombre con el que participamos en el conflicto, participamos en la guerra", explicó el jefe del partido y exguerrilla, Rodrigo Londoño, en una rueda de prensa en la ciudad de Medellín (noroeste).
Londoño, también conocido como Timochenko, confesó que "el conflicto dejó mucho dolor" y que el nombre FARC "se vincula mucho con ese color que dejó la guerra".
El último comandante en jefe de la guerrilla apostó desde la fundación del partido por un nombre diferente, pero la iniciativa no había tenido eco entre sus miembros hasta ahora.
La nueva designación se dará a conocer durante la asamblea de las FARC entre el 22 y 24 de enero, casi un año más tarde de lo previsto por la pandemia del nuevo coronavirus.
Desarmados y transformados en fuerza política, los antiguos rebeldes marxistas sufren divisiones dentro de la organización.
Aunque unos 13 mil guerrilleros - el grueso de las FARC - se acogieron a lo firmado, varias facciones "disidentes" se mantuvieron en armas bajo la sigla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Según las Fuerzas Militares estos grupos suman unos 2 mil 500 hombres que, sin un mando unificado, se han venido fortaleciendo en puntos alejados del territorio gracias a los interminables recursos del narcotráfico y la minería ilegal.
En Colombia persiste un conflicto de casi seis décadas que ha dejado nueve millones de víctimas, la mayoría desplazados, aunque no todas por acción de la guerrilla. También han estado involucrados agentes del Estado y grupos paramilitares de ultraderecha.