Chilpancingo, Gro. Campesinos del Comisariado Ejidal de La Ciénega, del municipio de Leonardo Bravo, ubicado en la sierra de Chilpancingo, denunciaron la tala inmoderada de árboles en cuatro puntos del ejido, sin que los tres niveles de gobierno intervengan para impedirlo.
En conferencia de prensa realizada este domingo, informaron que el domingo pasado, los auténticos dueños de los bosques, en este caso los ejidatarios, decomisaron la madera que varios sujetos armados habían obtenido a raíz de la tala del punto conocido como Pino Moctezuma.
Durante el recorrido realizado este día en la zona siniestrada, se localizaron al menos tres puntos donde se talaron diversos árboles, y fue en ese lugar en donde los ejidatarios llevaron a cabo la conferencia de prensa.
En ese lugar los ejidatarios hicieron un llamado a los “talamontes” para que hagan conciencia del daño que provocan al ambiente, y al mismo tiempo exigieron a las autoridades a actuar en consecuencia.
Al respecto, Juvencio Díaz Palemonte, representante del ejido, manifestó que las afectaciones por la explotación de los recursos naturales atentan directamente a los mantos acuíferos ubicados en la zona, que proveen de agua a colonias ubicadas al poniente la ciudad.
También los ejidatarios denunciaron que en el ejido de Agua Fría, un particular cuenta con un permiso de aprovechamiento de recursos forestales maderables en al menos 400 hectáreas.
Aseguró que han dirigido oficios al presidente Andrés Manuel López Obrador, al gobernador Héctor Astudillo Flores y en su momento al delegado federal Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, para efecto de que se revocara el permiso obtenido por ese ejido, sin embargo, hasta la fecha no se ha obtenido una respuesta a la solicitud. “La autorización de explotación de los recursos forestales maderables, fue notificada al particular el 2 de junio de 2020, para que ese mismo año se talarán las primeras 200 hectáreas y las otras en 2028”.
Dijo que existe temor de que con esta explotación de recursos, se pondrá en riesgo los mantos acuíferos, de los que dependen más de 10 mil familias de las colonias Eduardo Neri, Plan de Ayala y Pradera, de Chilpancingo.