Ciudad de México. Fitch Ratings estima que la banca mexicana crezca 5 por ciento en 2021, sin contar la inflación, impulsada por un crédito consumo más rentable y el mantenimiento de los créditos empresariales, explicó el analista Alejandro Tapia, durante un foro convocado por la calificadora.
En las financieras no bancarias, como las uniones de crédito, casas de bolsa, sofomes, sofipos y socaps, los programas de diferimiento de pagos duraron de semanas hasta seis meses, no obstante significaron la “demora en el deterioro de la calidad crediticia. En la medida que los programas fueron expirando, empezamos a ver un incremento progresivo de los riesgos crediticios”, explicó Marcela Galicia, directora senior de Fitch.
En general, para el sector financiero, “los efectos negativos esperados de la crisis todavía no terminan de materializarse. La pandemia se ha extendido y en el país el número de contagios reportados continúa en crecimiento”, concluyó Verónica Chau, directora senior de Instituciones Financieras en Fitch.
Tapia explicó que el año pasado, la banca tomó acciones para contener el deterioro de los créditos a través de los programas regulatorios de diferimiento; lo que repercutió sobre cerca del 20 por ciento del portafolio total de la banca. Además de que el sector “moderó sustancialmente” su ritmo de crecimiento e incluso en noviembre decreció.
En adelante, se prevé que derivado de la crisis el avance de la banca en 2021 sea moderado; está sujeto a la reducción de cierres económicos parciales, a la incertidumbre; así como al crecimiento de la economía y ésta a su vez de la distribución eficiente de la vacuna contra Covid-19, agregó el analista.
Explicó que el año pasado, el cierre de Banco Famsa no fue un acontecimiento que significara un riesgo sistémico para la banca, pero evidenció la situación de bancos no muy diversificados y que entraron a la crisis en una posición más débil, con bajos niveles de capacitación y rentabilidad, así como modelos de negocio y consolidación endebles.
Sin dar nombres, detalló que Fitch tiene identificados tres bancos pequeños que están más expuestos a la recesión de Covid-19, pero “la realidad es que representan muy poco de los activos de la banca mexicana”. Lo que sí es un riesgo para el sistema financiero es la reforma a Banco de México, dado que abre la puerta a fuentes de recursos difíciles de rastrear, amplió.
Marcela Galicia, la analista de instituciones no financieras, reiteró en todo momento el riesgo de morosidad en esos negocios. “Una segunda ola de apoyos debe ser en forma de estructura, caso a caso, y en mucho menor proporción. Los estados financieros ya van a comenzar a mostrar con mayor claridad los efectos de la crisis”, advirtió.