Ciudad de México. Mientras algunos jóvenes no toman conciencia sobre los riesgos de asistir a fiestas y reuniones, Jorge Palomo Marín ha sacrificado su vida social desde que se convirtió en cremador en el Panteón Xilotepec, hace un año.
El joven de 26 años, originario de Santa María Tepepan, narra cómo ha cambiado su vida desde que decidió apoyar en este sitio, pues anteriormente trabaja en el programa “Jóvenes construyendo el futuro” como instructor de baile. Ante la imposibilidad de continuar impartiendo clases, buscó una opción en donde seguir activo y fue así como ingresó a la Alcaldía Xochimilco al área de panteones.
“Entré realizando funciones administrativas, pero cuando empezó la pandemia, las personas adultas mayores que trabajan aquí en el panteón, se resguardaron en sus casas por ser personas vulnerables. El área de cremación comenzó a tener carga de trabajo y ante la falta de personal, decidí tomar la capacitación para aprender a operar los hornos cuyas temperaturas rebasan los mil grados” explica Jorge.
Él junto con otros compañeros sepultureros, sustituyeron a los cremadores adultos y en poco tiempo y ante la creciente demanda del servicio, se hicieron diestros en el manejo de los hornos que desafortunadamente trabajan sin parar durante las 24 horas del día para cremar a los cuerpos de fallecidos por COVID-19, no sólo de Xochimilco, sino de otras alcaldías vecinas.
“Es increíble que muchos jóvenes de mi edad no se cuiden, organicen fiestas y reuniones, poniéndose en riesgo a ellos mismos y a sus familias. He sacrificado mi vida social con amigos y mi novia, por dos razones: una para no ponerlos en riesgo porque a diario estoy expuesto al contagio y por otro lado, porque los horarios de trabajo son extensos; mi jornada laboral inicia a las 5 de la mañana y salgo hasta el día siguiente” dice el joven cuyos rasgos apenas se distinguen bajo el traje blanco que lo cubre de pies a cabeza, los lentes y el cubrebocas que forman parte de su equipo de seguridad.
Actualmente, por turno existen 3 operadores de los hornos, todos ellos, realizan su labor con una visión de servicio, compromiso y empatía, pues en ocasiones les ha tocado dar palabras de consuelo a quienes lloran la partida de un ser querido.