San Francisco. Las cuentas oficiales de Twitter del presidente estadunidense Joe Biden, la vicepresidenta Kamala Harris y sus respectivos cónyuges fueron activadas este miércoles, tras cuatro años marcados por los tuits diarios de Donald Trump, ahora vetado de la red.
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"La cuenta @PresElectBiden se ha convertido en @POTUS [acrónimo de Presidente de Estados Unidos] y la cuenta de @SenKamalaHarris se ha convertido en @VP", dijo un portavoz de la plataforma.
"Lista para servir", tuiteó la primera vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, minutos después de prestar juramento en Washington.
Jill Biden, esposa del nuevo jefe de Estado, se hizo cargo de la cuenta @FLOTUS (Primera Dama de Estados Unidos) y se creó una cuenta para Douglas Emhoff, esposo de Kamala Harris: @SecondGentleman.
"No hay tiempo que perder para lidiar con las crisis que enfrentamos", dijo Biden en su primer tuit presidencial.
Actualmente lo siguen 1.6 millones de usuarios, una cantidad modesta si se compara con los 88 millones de suscriptores con que Trump contaba en su cuenta personal antes de ser suspendido y luego eliminado definitivamente de Twitter.
Esta red fue la principal herramienta de comunicación del multimillonario republicano, que la utilizaba para hacer anuncios políticos pero también para atacar a sus oponentes, e incluso insultarlos.
Su papel en la toma por asalto del Capitolio durante la sesión de certificación del triunfo de Joe Biden el 6 de enero fue la gota que rebasó el vaso para las grandes plataformas.
En los días siguientes, Facebook, Snapchat, Twitch y Twitter suspendieron los perfiles de Trump por tiempo indefinido.
Cuando intentó responder a través de la cuenta oficial @POTUS a los "75 millones de patriotas" que votaron por él, sus mensajes fueron inmediatamente eliminados de la red social.
"Usar otra cuenta para evadir la suspensión va en contra de nuestras reglas", dijo un portavoz de Twitter.
Sin embargo, la decisión de la compañía suscitó una enorme polémica porque refleja la omnipotencia que ostentan los gigantes tecnológicos, que, en la práctica, decidieron condenar al ostracismo a un jefe de Estado en las redes.
El director de Twitter, Jack Dorsey, consideró que esta medida sentó un "precedente" que calificó de "peligroso": "el poder que tiene un individuo o una corporación sobre parte de la conversación pública global".