Moscú. Mientras la televisión pública destacó las imágenes del presidente de Rusia, Vladimir Putin, sumergiéndose tres veces en agua helada para celebrar con ese ritual la epifanía ortodoxa, su principal adversario, Aleksei Navalny, en prisión preventiva desde su llegada a Moscú el pasado domingo, asestó este martes el golpe que preparó en Alemania ante la eventualidad de ser detenido, como sucedió, en el aeropuerto: la difusión, en su página de YouTube, de un video de casi dos horas de duración sobre lo que denominó “el mayor soborno de la historia”.
Basado en una investigación de su equipo de colaboradores en el Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK, por sus siglas en ruso), Navalny asegura que un grupo de amigos de Putin, que se enriquecieron a la sombra del Kremlin, financiaron la construcción de un palacio a orillas del mar Negro, según sostiene el líder opositor, para Putin y que supuestamente “se llevó a cabo con esquemas opacos para ocultar que los 100 mil millones de rublos (equivalentes a 26 mil 763 millones de pesos al tipo de cambio de hoy) son una suerte de donativos a cambio de impunidad”.
Navalny afirma que se trata de la mansión particular más grande de Rusia, y supera los 17 mil metros cuadrados en un terreno de 7 mil 800 hectáreas, que equivale a 39 veces el tamaño de Mónaco, y es vigilada por unidades especiales del FSB (Servicio Federal de Seguridad).
Aunque está prohibido acercarse por tierra, mar y aire, el equipo del FBK consiguió que, tras varios intentos fallidos, un pequeño dron sobrevolara el territorio y, a partir de los planos de la construcción, y de fotografías tomadas por algún trabajador, pudo hacer una recreación por computadora de los interiores. El video, al momento de redactar esta nota, ya había sido visto por casi 6 millones de personas.
El vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, declaró que no conoce la investigación, pero puede decir que “no se corresponde con la realidad. Es un disco antiguo. Hace varios años aclaramos que el presidente Putin no tiene ningún Palacio en Gelenzhik, a orillas del mar Negro”.
Horas antes, Peskov afirmó que la detención de Navalny es “un asunto completamente interno y no permitiremos que nadie se entrometa”. Y agregó: “No podemos y no vamos a tomar en cuenta esas declaraciones”, que exigen la libertad inmediata del opositor desde Washington, Bruselas, Berlín, París y Londres, sobre todo.
Entretanto, la Fiscalía rusa reiteró la que ha sido la posición oficial de Moscú en el sentido de que no hay elementos suficientes para abrir una causa penal sobre lo sucedido a Navalny en agosto pasado y culpó a su contraparte alemana de “no proporcionar todas las supuestas evidencias que dice tener” y de negarse a realizar una investigación conjunta, “manipulando los datos y las verdaderas circunstancias de lo ocurrido” con el fin de “acusar sin fundamento al gobierno de Rusia” del fallido intento de asesinato.