En Atoyac, tierra del general Juan Álvarez Hurtado -quién proclamó el plan de Ayutla para derrocar la dictadura santanista-, el presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró que no será dirigente eterno de su movimiento de transformación y, al tocar madera, advirtió que después de septiembre de 2024, “no vaya a ser que regresen los que saquearon al país”.
Al inaugurar la escuela de Ingeniería Agroforestal de la Universidad para el Bienestar Benito Juárez García, recordó la relevancia del general Álvarez, quien al triunfar la revolución de Ayutla, dejó la presidencia a Ignacio Comonfort. Elocuente, ponderó los beneficios del programa Sembrado Vida, para considerar que éste debe dar frutos en su administración, y no depender de las decisiones del gobierno que le sustituya.
Pidió a autoridades y campesinos “no demorarnos mucho porque no es la intención estar iniciando siembra (de árboles) en 2022 o 2023, porque si así lo decide el pueblo vamos a terminar en septiembre de 2024, y no quiero dejar nada inconcluso, en proceso. Y ya después no sabemos, y toco madera (golpeo tres veces el atril), no vaya a ser que regresen los que estaban dedicados a saquear a robar y no les importaba el pueblo”.
El político tabasqueño abundó en su dicho: “me dicen algunos ¿porqué la prisa? Bueno porque se nos va a terminar el tiempo, y yo soy maderista, estoy de acuerdo con el sufragio efectivo, ¡no !, y no la relección. Voy a terminar a finales de septiembre (de 2024) y me retiro, misión cumplida, no voy a estar como dirigente eterno. En el escenario de quien me va a sustituir -insistió- ¡claro que hay gente buena que le va a dar continuidad a esta lucha!”.
El Ejecutivo federal reiteró su narrativa entorno a lo que habrá de venir en el futuro.
“Hay que entregar la estafeta a las nuevas generaciones, es importante todo lo que haremos por los jóvenes, garantizar el futuro, la continuidad del movimiento de transformación, que se siga luchando por la justicia, la democracia, que se actúe con austeridad republicana”.