Madrid. El Observatorio Chandra de la Nasa ha ayudado a respaldar que un magnetar descubierto en 2020 también es un púlsar, lo que significa que emite pulsos regulares de luz.
Los magnetares son un tipo de estrella de neutrones, un objeto increíblemente denso compuesto principalmente de neutrones muy compactos, que se forma a partir del núcleo colapsado de una estrella masiva durante una supernova.
Lo que distingue a los magnetares de otras estrellas de neutrones es que también tienen los campos magnéticos conocidos más poderosos del universo. La fuerza del campo magnético de nuestro planeta tiene un valor de aproximadamente un Gauss, mientras que un imán de refrigerador tiene aproximadamente 100 Gauss. Los magnetares, por otro lado, tienen campos magnéticos de alrededor de un millón de billones de Gauss. Si un magnetar estuviera ubicado a una sexta parte del camino a la Luna (unos 64 mil 300 kilómetros), borraría los datos de todas las tarjetas de crédito de la Tierra.
El 12 de marzo de 2020, los astrónomos detectaron un nuevo magnetar con el telescopio Swift Neil Gehrels de la Nasa. Éste es sólo el magnetar número 31 de las aproximadamente 3 mil estrellas de neutrones conocidas, informa la Nasa.
Después de observaciones de seguimiento, los investigadores determinaron que este objeto, denominado J1818.0-1607, era especial por otras razones. Primero, puede ser el magnetar más joven conocido, con una edad estimada en unos 500 años. Esto se basa en la rapidez con la que se está desacelerando la velocidad de rotación y en la suposición de que nació girando mucho más rápido. En segundo lugar, también gira más rápido que cualquier magnetar descubierto anteriormente, girando una vez cada 1.4 segundos.
Las observaciones del Chandra de J1818.0-1607 obtenidas me-nos de un mes después del descubrimiento con Swift dieron a los astrónomos la primera vista de alta resolución de este objeto en rayos X. Los datos del Chandra revelaron una fuente puntual donde se encontraba el magnetar, que está rodeado por una emisión difusa de rayos X, pro-bablemente causada por rayos X que se reflejan en el polvo ubicado en sus alrededores. Parte de esta emisión difusa de rayos X también puede provenir de los vientos que se alejan de la estrella de neutrones.
Estrella púrpura
Harsha Blumer, de la Universidad de Virginia Occidental, y Samar Safi-Harb, de la Universidad de Manitoba, en Canadá, publicaron recientemente los resultados de las observaciones del Chandra de J1818.0-1607 en The Astrophysical Journal Letters.
Esta imagen compuesta contiene un amplio campo de visión en el infrarrojo de dos misiones de la Nasa, el Telescopio Espacial Spitzer y WISE, tomada antes del descubrimiento del magnetar. Los rayos X del Chandra muestran el magnetar en púrpura. El magnetar se encuentra cerca del plano de la Vía Láctea a una distancia de unos 21 mil años luz de la Tierra.
Otros astrónomos también han observado a J1818.0-1607 con radiotelescopios, como Karl Jansky Very Large Array (VLA) de NSF, y han determinado que emite ondas de radio. Esto implica que tiene propiedades similares a las de un típico púlsar impulsado por rotación
, un tipo de estrella de neutrones que emite rayos de radiación que se detectan como pulsos repetidos de emisión a medida que gira y se ralentiza. Sólo cinco magnetares, incluido éste, actúan como púlsares, lo que constituye menos de 0.2 por ciento de la población de estrellas de neutrones conocida.
Las observaciones del Chandra también pueden apoyar esta idea general. Safi-Harb y Blumer estudiaron la eficiencia con la que J1818.0-1607 convierte la energía de su tasa decreciente de giro en rayos X. Llegaron a la conclusión de que esta eficiencia es menor que la que se encuentra típicamente en los magnetares, y probablemente dentro del rango encontrado para otros púlsares impulsados por rotación.
Se esperaba que la explosión que creó un magnetar de esta edad hubiera dejado un campo de escombros detectable. Para buscar este remanente de supernova, Safi-Harb y Blumer observaron los rayos X del Chandra, los datos infrarrojos de Spitzer y los datos de radio del VLA. Con base en los datos de Spitzer y VLA, encontraron posibles evidencias de un remanente, pero a una distancia relativamente grande del magnetar. Para cubrir esta distancia, el magnetar tendría que haber viajado a velocidades muy superiores a las de las estrellas de neutrones más rápidas conocidas, incluso asumiendo que es mucho más antiguo de lo esperado, lo que permitiría más tiempo de viaje.