Ciudad de México. Durante el año pasado, los agentes Beta del Instituto Nacional de Migración (INM) recuperaron en la zona fronteriza 53 cuerpos, la mayoría en su intento por cruzar a Estados Unidos.
Entre los fallecidos hay dos bebés y un anciano. La mayoría eran personas eran originarias de Guatemala, Honduras, El Salvador, México, Haití y Estados Unidos.
Las causas de las muertes fueron principalmente por ahogo en los cauces de ríos (gran parte, a lo largo del Río Bravo); deshidratación en el desierto y lesiones derivadas de accidentes en zonas montañosas, tras ser abandonados por “polleros” o supuestos “guías” que cobran por llevar personas a la frontera o pasarlas a territorio estadounidense.
El recuento de hechos va del 1 de enero al 9 de diciembre pasado.
De las personas que perdieron la vida, la mayoría son hombres; por rango de edad, el más numeroso corresponde a la franja de 20 y 30 años, seguidos de 30 a 40; luego los mayores de 50 (entre ellos un hombre de 88 años); menores de edad de 10 a 20; y, por último, dos infantes menores de 10 años: un bebe de un mes y otro de 11 días de nacido.
El 48 por ciento de los cuerpos recuperados no contaban con algún documento de identificación, su edad y nacionalidad se obtuvieron través las personas migrantes que lo acompañaban, indicó el INM.