París. Estanterías vacías en un emblemático supermercado británico en París, ingleses sin acceso a sus series preferidas en España, complicaciones fiscales... Los problemas en el flujo de bienes y servicios se comienzan a sentir unos días después del Brexit.
Problemas de abastecimiento
El acuerdo concluido entre Londres y Bruselas no prevé cuotas ni impuestos aduaneros, pero puso fin a la libre circulación de bienes entre los países de la Unión Europea (UE) y Reino Unido, excepto entre España y Gibraltar, y entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.
Con las nuevas formalidades se comienzan a sentir las complicaciones. El viernes pasado, por ejemplo, seis cargamentos fueron rechazados en el puerto de Holyhead, en el país de Gales, porque aparentemente no estaban en regla.
Irlanda del Norte goza de disposiciones aduaneras específicas. Sin embargo, los productos agroalimentarios que llegan de Reino Unido requieren nuevas formalidades y controles, lo que parece causar algunos problemas.
"Algunos de nuestros productos no están disponible temporalmente para nuestros clientes en Irlanda del Norte a la espera de la confirmación de los acuerdos transfronterizos", dijo un portavoz de la cadena de supermercados Sainsbury's. "Estamos trabajando para volver pronto a nuestra oferta completa habitual".
En Francia, se notaron problemas en el suministro de alimentos en las icónicas tiendas británicas Marks & Spencer el martes debido a las nuevas reglas de exportación entre Reino Unido y la UE.
En una tienda en el centro de París, los clientes se topaban con estanterías vacías a la hora del almuerzo. "Nunca imaginé que pudiera tener este tipo de repercusión", dijo a la AFP Anne, una arquitecta que vino a hacer algunas compras.
"Algunos de nuestros productos tardan un poco más en llegar, pero estamos trabajando (...) para mejorarlo rápidamente", explicó Robbie Hynes, responsable de la comunicación.
El IVA complica los envíos
Algunos minoristas europeos también están teniendo dificultades para comercializar sus productos en Reino Unido debido a un cambio en las normas del IVA.
Desde el 1 de enero de 2021, con el Brexit, se exigen declaraciones de aduana para todos los paquetes que transitan entre Reino Unido y la UE. Los bienes enviados están sujetos al IVA. Además, para los bienes enviados por los comerciantes directamente a los consumidores en Reino Unido, de un valor inferior a 135 libras esterlinas (183 dólares), el remitente debe pagar el IVA británico. Por encima de ese valor, lo paga el destinatario.
Por lo tanto, muchos comerciantes deben revisar sus procedimientos. Y los transportistas repercuten los nuevos costos. Por ejemplo, el especialista en envíos DHL cobra ahora un "recargo Brexit" de 0,25 euros por cada kilo de mercancía enviada.
"A nivel europeo, hemos contratado a mil personas más para manejar las formalidades relacionadas con el Brexit, lo cual es bastante significativo", dijo Philippe Prétat, responsable de DHL Francia, a la AFP.
Streaming limitado
Otro problema que ha surgido es que los ingleses que viajen a países de la UE, o que por ejemplo tengan una residencia secundaria donde pasan el invierno, como es a menudo el caso en España, ya no pueden seguir mirando sus series favoritas en "streaming".
Quienes están suscritos a los servicios de Amazon Prime y a los canales del grupo Sky TV tenían hasta ahora acceso a sus programas cuando viajaban dentro de la UE, en virtud de las reglas europeas que establecen un mercado digital único.
¿Duty free?
No obstante, algunas personas prefieren ver el vaso medio lleno.
En Italia, por ejemplo, no se observa hasta ahora ninguna complicación comercial. Para Marcello Minenna, director general de la Agencia de Aduanas y Monopolios, el Brexit puede incluso "ser una oportunidad para hacer aún más eficiente el sistema aduanero italiano".
Según sus estimaciones, los costos relacionados con las formalidades aduaneras pueden reducirse en alrededor de un 20%, por ejemplo, mediante la creación de "zonas francas" con exención de derechos de aduana y un IVA para las mercancías importadas por las empresas que se establezcan en ellas.
A fin de sacar provecho del Brexit, la alcaldesa de la ciudad de Calais (extremo norte de Francia), Natacha Bouchart, desea establecer un sistema de "duty free" en toda la "ciudad fronteriza" para apoyar a las empresas y atraer nuevos visitantes.
Desde el 1 de enero, se permite a los viajeros británicos hacer compras en las tiendas "duty-free" establecidas en particular en los aeropuertos y puertos.