Músico, productor, periodista y escritor, Sr. González ha sido testigo del desarrollo y cambio de reglas del rock, el cual ha dejado de ser un género explotable desde el punto de vista comercial
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Al rock, enfatizó, “hasta ahora le han dado fecha de caducidad y siempre ha revivido; no sé si en esta ocasión sea lo mismo, nadie puede decirlo, pero me da la impresión de que ahí está, sólo es cuestión de que las cosas se acomoden. De hecho, el documental Rompan todo: la historia del rock en América Latina –sin saber si fue su intención o no– ha reavivado el tema sobre este género”.
Para Rafael González Villegas, Sr. González, la música y el amor
han sido su centro de vida; además, ha pertenecido a diversas bandas y se ha embarcado en diversos proyectos como solista. Hace unos años, se adentró en investigar y plasmar en una obra de tres tomos la historia del rock en México, de manera cronológica, a lo largo de seis décadas.
En esta ardua investigación, titulada 60 años de rock mexicano, explicó Sr. González a La Jornada, llegó a tener en su radar
a 2 mil bandas, aunque todavía faltaron muchísimas más
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Ahora, en la efervescencia del tema sobre el rock en español, luego de la transmisión del documental Rompan todo..., disponible en Netflix, González destacó: Es un trabajo aparentemente pretencioso y amplio, lo cual se debe al título que le pusieron. Si bien me emocionó la idea de que existiera algo sobre el tema, a la hora de verlo tuve varias sorpresas
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Puntualizó: Uno como televidente o lector (como podría suceder con mis libros), tiene que saber que siempre se va a conocer una parte de la historia; algo va a quedar fuera y muchas veces puede ser por el formato por medio del cual se narra
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Proceso cultural, no sólo un producto
En el caso del documental, me desconcertó que el título no refleja la intención real, sino reafirmó, una vez más, esta idea normalizada de que el rock existe gracias a la industria discográfica, sobre todo la trasnacional, que fue la que apoyó a este género
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En realidad, el rock es un proceso cultural; no es sólo un producto que se vende, es algo más amplio; pero este documental cumplió su función de normalizar esa idea de que sólo existe si fue firmado por una disquera o intervino algún productor
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Pero “cuando ves la serie y te das cuenta de que todos los que narran son, a la vez, músicos producidos por el productor de ese documental, aparecen todo tipo de suspicacias; te das cuenta que otra cuestión implícita es el autohomenaje de Gustavo Santaolalla. Nada estaría mal si, quizá, hubieran usado otro título más congruente con lo que se proyecta, como La versión de los vendedores
, así se hubieran ahorrado infinidad de críticas”.
Otra percepción de Sr. González es que los músicos que intervienen (muchos de ellos a los que conoce o son sus amigos) fueron usados para justificar o para validar la tesis real, que no dicen, sobre una mentira que nos quieren vender como verdad única
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Sostuvo: “Si la pretensión era describir la historia del rock en latinoamérica, les faltó rigor; incluso hay imprecisiones en las cosas que dicen, como comentar que Rockdrigo murió en Tlatelolco; de hecho no culpo a quien lo dijo, sino al quien produjo sin rigor”.
Sr. González, además, publicó un texto en el que plasmó sus impresiones sobre el citado documental, que compartió a este diario: “También he sido partícipe de varios de los sucesos ahí narrados. Me sorprendió encontrar en varios momentos imágenes de archivo que nunca había visto. Incluso aparezco unos segundos junto a otros músicos en una de esas escenas. Ver a mi compañero de banda fallecido Armando Vega-Gil cantando La valona de la Conquista en uno de los conciertos que Botellita de Jerez dio en Ciudad Universitaria me hizo un nudo en la garganta”.
Prosiguió: “Pero también apareció un cierto desconcierto conforme avanzaban cada uno de los seis episodios de la miniserie. Algo no me cuadraba. Hacer un trabajo que lleve por título Rompan todo: la historia del rock en América Latina, no sólo presume una labor titánica de investigación, también implica una depuración de información que inevitablemente dejara contenido fuera”.
Suma de opiniones
En una circunstancia ideal, sostuvo, los creadores de una empresa de este tamaño, tendrían que contemplar la suma de opiniones especializadas y diversas, que desde diferentes puntos de vista construyeran una versión más o menos cercana a una realidad objetiva. Mientras más voces fueran, mejor
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Eso no sucedió en la miniserie, entonces ¿por qué poner un título tan ambicioso, si en los hechos nos quedamos con la impresión de que nunca existió la voluntad de narrar con el rigor que merecía dicha historia?
Sobre los aspectos que fueron ignorados en Rompan todo..., Sr. González señaló: La historia del rock iberoamericano es más amplia que la que está solamente ligada a los artistas firmados por una parte de la industria discográfica trasnacional. Plantearla así, ya es una verdad a medias; el rock latinoamericano lo han conformado una infinidad de géneros, cuyas bandas de muchos de ellos nunca firmaron un contrato con alguna de estas compañías
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Además, la mayor parte de la discografía del rock iberoamericano ha sido lanzada por compañías locales e independientes, ausentes en la miniserie; la mayor parte de la historia del rock en Latinoamérica ha sido subterránea, es decir, al margen de la industria de la música, sin embargo, existe
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Subrayó: “Brasil también pertenece a Latinoamérica… y Venezuela, Panamá, Puerto Rico, Cuba, la comunidad hispanoparlante de Estados Unidos; la Movida Madrileña fue una escena muy influyente en nuestro continente. Si bien aparecen en la miniserie algunos exponentes de ella, nunca se le menciona; también existen bandas nuevas, que aunque no estén en una de estas grandes empresas, siguen escribiendo la historia del rock en Latinoamérica hoy. ¿Por qué dejar de narrar la historia con la llegada del nuevo milenio?”