Washington. El año 2020 fue salvaje para Wall Street, marcado por el final del mercado alcista más largo de la historia con el impacto que recibieron las acciones por los confinamientos del Covid-19 y un abrupto rebote de las esperanzas de recuperación económica que resultó en el mercado bajista más corto registrado.
Después de cerrar en un máximo histórico el 19 de febrero, las acciones sufrieron una caída en picada de un mes cuando la pandemia de coronavirus y los cierres gubernamentales relacionados sembraron el pánico por el daño a la economía en Estados Unidos y en todo el mundo.
Un desplome de 9.5 por ciento en el Standard & Poor’s 500 el 12 de marzo, su mayor caída porcentual en un día desde el colapso del "Lunes Negro" de 1987, hizo que el índice referencial bajara 26.7 por ciento desde el máximo de febrero y confirmó un mercado bajista, considerado en general como una disminución de más de 20 por ciento desde un máximo.
Sin embargo, la caída sólo duró hasta el 23 de marzo, cuando el S&P tocó fondo. El 18 de agosto superó su máximo de febrero, con lo que marcó el inicio de un nuevo mercado alcista. Los 23 días de mercado bajista fueron los más cortos jamás registrados.
Junto con los dos billones de dólares en estímulo fiscal aportados por el gobierno estadunidense para apuntalar una economía en declive, una de las principales razones del repunte de las acciones en marzo fueron las medidas de estímulo monetario de la Reserva Federal, que anunció una serie de programas para respaldar la economía el 23 de marzo.
No obstante, pese al avance del final de año, el sector energético acabó siendo el de peor desempeño por un amplio margen en 2020, mientras que el tecnológico y el de consumo lideraron los avances.
Los mercados globales de crudo han perdido cerca de un quinto de su valor en este año, debido a que los estrictos confinamientos por el coronavirus paralizaron gran parte de la economía mundial, pero los precios han repuntado con fuerza desde sus mínimos gracias a las medidas de estímulo de los gobiernos.
El Brent y el West Texas Intermediate (WTI) han más que duplicado su valor desde los mínimos de una década que tocaron en abril, con lo que dejan atrás un año que vio los primeros precios negativos para el WTI y que sorprendieron a los inversores a nivel mundial.
El próximo gran motor del precio del petróleo será una reunión del 4 de enero de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+), que debatirá la necesidad de elevar aún más la producción a partir de febrero.
Ante la pandemia, por el contrario, los metales resultaron ganadores al ser considerados activos seguros. El oro tuvo su mejor desempeño anual en una década debido a la incertidumbre económica y ganó cerca de 25 por ciento en este año, cuando los bancos centrales y los gobiernos mundiales proporcionaron estímulos económicos y sentaron las bases para una mayor inflación y la devaluación cambiaria.
La plata al contado incluso superó el desempeño del oro este año con una ganancia de casi 48 por ciento, el más sólido desde 2010.