La aeronave Agusta modelo A-109, matrícula XEABON, se desplomó la tarde del 24 de diciembre de 2018, cuando Alonso Hidalgo, Moreno Valle y su asistente Héctor Baltazar Mendoza, así como los pilotos Roberto Cope Obregón y Marco Antonio Tavera, viajaban de Puebla a la Ciudad de México.
El pasado 27 de marzo, el gobierno federal presentó la conclusión de la investigación que realizó sobre el caso y señaló que la causa del accidente fue la falta de mantenimiento por negligencia en los actuadores
del helicóptero.
María Magdalena Raya Ochoa, de 34 años, fue detenida en la colonia Santa María la Ribera, alcaldía Cuauhtémoc, de la Ciudad de México, por agentes de la FGJ local, al considerar que es presunta responsable de la omisión en el cambio y mantenimiento de los actuadores lineales del helicóptero.
Los agentes de la FGJ cumplieron una orden de aprehensión en contra de la mujer por la probable comisión de los delitos de homicidio y daño a propiedad ajena, ambos a título de culpa, y por falsedad de declaraciones tras el accidente.
De acuerdo con la carpeta de investigación de la fiscalía poblana, Raya Ochoa se desempeñaba como responsable del taller en la base Puebla, donde el helicóptero recibía mantenimiento, del que estaba a cargo.
Gilberto Montalvo González, abogado defensor de Ricardo Montiel, teniente mecánico que trabaja en la firma, explicó a La Jornada que a su cliente lo detuvieron en la colonia Bosques de San Sebastián, al oriente de la ciudad de Puebla.
A José Antonio N e Israel N los detuvieron en acciones similares en los estados de México e Hidalgo, sin que se precisaran detalles.
El litigante descartó responsabilidad de los detenidos en el desplome de la aeronave, pues comentó que tres meses antes del siniestro se advirtió que tenía una falla mecánica, pero que no representaba riesgo, ya que el helicóptero podía pilotearse manualmente.
Señaló que tres meses antes del suceso, la falla mecánica fue reportada ignorada, e incluso los pilotos decidieron volarlo. Una prueba de que la falla no representaba un riesgo mayor, dijo, es que el vehículo voló 53 veces en esa situación, sin que tuviera problemas en el aire.
Por otra parte, indicó que tras recibir mantenimiento, la nave tenía una garantía de 10 días, plazo que ya había vencido cuando se desplomó hace dos años.