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Londres y Bruselas alcanzan acuerdo comercial pos-Brexit

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El negociador en jefe de la Unión Europea, Michel Barnier (centro), sostiene el legajo de mil 246 páginas del acuerdo comercial pos-Brexit, en el Consejo Europeo en Bruselas. Foto Ap
26 de diciembre de 2020 09:52

Bruselas. La Unión Europea (UE) iniciará el lunes el proceso de firma del acuerdo comercial post-Brexit, alcanzado el jueves entre Londres y Bruselas y presentado ayer en una única versión en inglés por Michel Barnier, principal negociador del bloque europeo, a los 27 estados miembros, convocados por primera vez en la historia en Navidad para iniciar este trámite.

Expertos de toda Europa, desde Berlín hasta Roma, estudiarán ahora detenidamente el pacto de mil 246 páginas, aunque gran parte de él es bien conocido en las capitales y hay pocas dudas de que el acuerdo se firmará.

Ahora corresponde a los estados iniciar una revisión preliminar de los borradores de los documentos de los diferentes acuerdos que forman este pacto y que debe aún ser traducido a todas las lenguas oficiales en la UE para que los 27 y la Eurocámara se pronuncien.

La recepción de los embajadores y representantes permanentes en la UE fue bastante sobria, explicó un diplomático europeo a la agencia de noticias Afp, y agregó: “No hubo una gran alegría, ya que un divorcio nunca es una buena noticia.

El texto, de mil 200 páginas, será analizado desde este viernes hasta el lunes para comprobar que no hay ningún aspecto escondido que pueda resultar problemático, precisó el diplomático, quien indicó que recibieron una versión provisional en inglés.

Los embajadores permanentes se reunirán el siguiente lunes para iniciar el proceso de ratificación del acuerdo por los estados miembros y el Parlamento europeo. Los 27 países deberán firmar el texto entre la noche del martes y el miércoles; será publicado el jueves en el boletín oficial europeo, antes de su entrada en vigor el viernes 1° de enero.

De esta forma, las naciones de la UE ratificarán el acuerdo de manera provisional, antes de su aprobación definitiva por el Parlamento europeo, prevista para principios de 2021. Este periodo de interinidad durará unos dos meses, precisó la fuente diplomática.

Los embajadores examinarán medidas unilaterales para sancionar un incumplimiento del acuerdo por Reino Unido. Debemos decidir cómo se aplicarán, explicó.

La Eurocámara se ha pronunciado en contra de una aplicación provisional total, porque no ve con buenos ojos dar este paso sin conocer su opinión, aunque una mayoría de grupos se han abierto en los días recientes a una aplicación interina previa a su voto, siempre que sea parcial y sólo afecte a los capítulos más urgentes.

Este extremo, sin embargo, no lo consideran los 27, que abogan por que la aplicación sea total, y en su carta a la Eurocámara subrayan la necesidad excepcional de este paso para evitar perturbaciones significativas en las relaciones con Reino Unido, que pudieran tener consecuencias para ciudadanos y empresas, indicaron fuentes europeas.

La firma de un compromiso histórico, tras largas y arduas negociaciones, pero que se concretó finalmente el jueves pasado, evitó lo peor: una ruptura brutal que habría conllevado aranceles y cuotas, así como el cierre de las aguas británicas a las flotas europeas a partir del 31 de diciembre.

Sin embargo, la salida del mercado único y el final de la libre circulación será un giro colosal para los británicos, tras cuatro años y medio desde el referendo del Brexit y casi medio siglo de integración europea.

Con este nuevo tratado comercial, la UE ofrece a su ahora ex socio un acceso inédito sin aranceles ni cuotas para su inmenso mercado de 450 millones de consumidores.

Esta apertura irá acompañada de estrictas condiciones: las empresas del Reino Unido deberán respetar un número de normas que evolucionarán con el paso del tiempo en materia de medio ambiente, derechos laborales y fiscales para evitar cualquier competencia desleal. Sobre los derechos pesqueros, el último escollo en las negociaciones, el acuerdo da a los pescadores europeos el acceso a las aguas británicas durante un periodo transitorio de cinco años y medio, hasta junio de 2026.

En este periodo transitorio, la UE renunciará a 25 por ciento de su cuota anual en aguas británicas, valorada en unos 650 millones de euros anuales (800 millones de dólares).

La UE promete ayudar a este sector, que considera que es el gran perdedor del acuerdo, aunque el pacto fue presentado como equilibrado y que permitía “dejar atrás el Brexit definitivamente”, según la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Irlanda, Irlanda del Norte, Escocia, Alemania, Francia, España, Holanda, Portugal, Italia, Austria y Dinamarca saludaron por separado el pacto. Estados Unidos anunció que está listo para trabajar por el fortalecimiento de las relaciones transatlánticas tanto con Reino Unido como con la UE.

Un regalito: Johnson

En un mensaje de video, el primer ministro británico, Boris Johnson, presentó el acuerdo como un regalito para quienes buscaban algo que leer en la soporífera sobremesa de la comida de Navidad. Aquí está: noticias satisfactorias, esto es un acuerdo para aportar seguridad a las empresas y a los viajeros y a todos los inversores en nuestro país a partir del 1º de enero, se congratuló.

El pacto con Bruselas representa una victoria para Johnson, que tenía este año para preparar la salida del país del bloque. La pandemia de Covid-19 alteró sus planes. Con el descubrimiento de una nueva cepa más contagiosa, el país quedó repentinamente aislado y miles de camiones quedaron bloqueados en la frontera con el continente, lo que provocó temores a la falta de abastecimiento.

Las imágenes de los camiones varados en los alrededores del puerto de Dover dieron la impresión de lo que podría pasar en caso de fracasar las negociaciones comerciales con Bruselas. Francia envió más de 10 mil pruebas de Covid-19 y bomberos al otro lado del canal de la Mancha para ayudar a aliviar el bloqueo.

Este histórico acuerdo llega cuatro años y medio después del referendo de 2016, en el que los británicos decidieron por 52 por ciento de votos poner fin a casi cinco décadas de una tensa relación con la UE y convertirse en el primer país que abandona el bloque.

Aquella votación dividió a la población y a sus políticos. Provocó la dimisión, primero, del primer ministro británico conservador David Cameron y, después, de su sucesora, Theresa May. Ambos recibieron el jueves con los brazos abiertos el fin de años de incertidumbre.

Reino Unido abandonó oficialmente el bloque el pasado 31 de enero gracias a la aplastante mayoría parlamentaria lograda por Johnson en las legislativas de diciembre de 2019.

Sin un acuerdo con los 27, las relaciones entre ambas partes habrían pasado a regirse por las normas de la Organización Mundial del Comercio, que implican aranceles y cuotas y una montaña de formalidades burocráticas que amenazaban con colapsar los puertos británicos, provocar desabastecimiento de productos y disparada de precios.

De darse una ruptura brutal, Reino Unido habría perdido mucho más que Europa: los británicos exportan 47 por ciento de sus productos hacia el continente, cuando la UE sólo sacaría 8 por ciento de sus mercancías al otro lado del Canal de la Mancha.

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