Desde hace mucho tiempo, México ha sido el país más peligroso del hemisferio occidental para el ejercicio del periodismo. Este año, junto con Afganistán, fueron los países “con las cifras más significativas” de asesinatos de comunicadores, reportó el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
En su reporte anual sobre la situación de violencia que enfrentan los reporteros en el mundo, esta organización internacional con sede en Nueva York indicó que a escala mundial, como mínimo 30 profesionales del periodismo perdieron la vida en el ejercicio de la profesión en 2020, y en 21 de esos casos, el asesinato se dio en represalia a sus coberturas, un incremento en comparación con los 10 casos de asesinato de 2019.
En el caso de México, los datos del CPJ asentaron que al menos cinco periodistas fallecieron en este año, de los cuales cuatro fueron ultimados en represalia por su labor. Aunado a ello, la organización investiga la causa de, como mínimo, otros cuatro casos de periodistas muertos.
“Desde hace mucho tiempo, México ha sido el país más peligros del hemisferio occidental para el ejercicio del periodismo. Los periodistas mexicanos trabajan en un contexto de violencia del narcotráfico y arraigada corrupción, y el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha mostrado la voluntad política para combatir la impunidad”, lamentó el CPJ.
Agregó que en agosto pasado fue asesinado en Iguala, Guerrero, el periodista Pablo Morrugares, director del portal digital PM de Iguala, junto con uno de sus escoltas, a pesar de contar con medidas del Mecanismo de Protección para Defensores de Derechos Humanos y Periodistas de la Secretaría de Gobernación.
Este crimen “y una ola de amenazas contra los medios, que se sospecha proviene de una banda criminal, han diezmado el periodismo en la ciudad de Iguala”, subrayó la organización internacional.
“Es alarmante que los asesinatos de periodistas hayan aumentado en más del doble en el último año, y esta escalada representa el incumplimiento de la comunidad internacional con su obligación de enfrentar el flagelo de la impunidad”, declaró Joel Simon, director ejecutivo del CPJ.
En todo el planeta, las sospechas sobre la presunta responsabilidad por los asesinatos de periodistas recayeron con mayor frecuencia en los grupos criminales.
“El hecho de que los asesinatos estén en aumento y la cifra de periodistas encarcelados en todo el mundo haya alcanzado un nivel récord, es una clara demostración del asalto sin paralelo contra la libertad de prensa en medio de una pandemia global (de Covid-19), en la cual la información es esencial”, indicó Simon. “Debemos unirnos para revertir esta terrible tendencia”, agregó.
En su reporte, refirió que a escala mundial la cifra de periodistas muertos en combate o en incidentes de fuego cruzado alcanzó su mínimo de los últimos 20 años.
El CPJ encabeza la Campaña Mundial contra la Impunidad y es socio de la iniciativa A Safer World For The Thuth, que exige la justicia en los casos de periodistas asesinados y contribuye a mantener vivas sus historias.