Ciudad de México. Reducidos sus accesos a solo 10 calles de sus 40 entradas peatonales y vehiculares principales, entre policías, vallas, tapias metálicas y varios de los grandes almacenes departamentales cerrados, la vida en el Centro Histórico fue de contrastes: mientras en algunas zonas, las más controladas, transcurrió más tranquila y fluida, las aglomeraciones no disminuyeron en las zonas más populosas como el Carmen, Correo Mayor o el callejón Girón en las inmediaciones de Tepito, donde se expenden juguetes. 

En las calles de Venustiano Carranza, República del Salvador, 5 de Mayo, Madero y Uruguay, esta última cerrada al tránsito peatonal y vehicular, se puede observar menos gente y un mayor orden, aunque de muchas de éstas calles desaparecieron los dispensadores sanitarios de gel, en lugar del personal contratado por empresarios del primer cuadro y servidores públicos quienes invitaban al público a colocarse el cubrebocas, guardar la sana distancia, policías piden al público lo mismo, solo que mediante grabaciones que transiten por medio de altavoces.

Solo la molestia de transeúntes que en su incesante prisa, algo común en esta zona, se quejan de las vueltas que tienen que dar para llegar a algún comercio o a sus trabajos alteran por momentos las entradas a las calles controladas como la de 5 de Mayo, así como una marcha de indígenas.

A la entrada de Palma y 5 de Mayo los Policías no brindaron información a un anciano que este lunes acudió al centro a empeñar un objeto para sobrevivir lo que resta del año, “por aquí no hay acceso tiene que ir a checar la calle que tenga paso para entrar al Monte de Piedad” le comenta poco amable el agente.

Ante la tapia que ha sido colocada a la entrada de la calle de Uruguay, un comerciante procedente de San Miguel Allende, quien viene al centro a comprar chaquira, se queja de la vuelta que tendrá que dar para comprar sus productos y la poca información que brindan los policías respecto a las calles por las que se puede ingresar.

Los más quejosos son los promotores callejeros de las ópticas que se encuentran en la calle de Madero, y que en todo momento se han negado a colaborar con las medidas sanitarias, según los cuales el protocolo generan más aglomeraciones.

La Plaza de la Constitución y el Palacio Nacional fueron protegidos en todo su perímetro y a excepción de las casas de campaña con las que una parte de la plancha es ocupada por el plantón de Frena el zócalo lucia prácticamente desierto hacia el medio día.

A la entrada de la calle de Corregidora a un costado de Palacio Nacional, se ofrece gel a los transeúntes y sobre la calle el tránsito peatonal es fluido aunque irrumpen comerciantes a bordo de motos.

Mas adelante siguiendo por Corregidora la aparente tranquilidad se rompe.

Los puntos más álgidos siguen siendo calles como el Carmen y Correo Mayor donde al medio día a pesar de percibirse menos gente que en días anteriores se mantienen las aglomeraciones ante el comercio callejero que no está dispuesto a dar tregua a ninguna medida sanitaria.

Sobre las nuevas medidas adoptadas por él gobierno capitalino ante la alerta por la emergencia sanitaria que se vive en la Ciudad de México, varios transeúntes dieron su aprobación “tengo dos opiniones a la vez están bien porque se evita un poco el contagio y esta mal porque quienes dependemos del comercio es pérdida de clientes al haber menos circulación” comentó Omar Cruz un comerciante establecido en electrónica en la calle de República del Salvador.

“Yo no tengo la necesidad de dar la vueltota pero la gente que tiene prisa es la más afectada porque pierden tiempo y pues ante eso ya no entran al centro y optan por el mercado libre” añade. 

Al salir de la calle de Madero, Daniel Gracia, cometa que las medidas de “hacer calles de entrada y otras de salida esta bien porque así se guarda la sana distancia y evitamos los contagios”.

Con una idea patrimonialista del Centro de la Ciudad, otra comerciante expresó, “ahorita no está el centro para turistear sino para venir a consumir; porque no solo se les hace la recomendación de que vengan consuman y se retiren”.