Ciudad de México. El presidente Andrés Manuel López Obrador informó que después de solicitar la intervención del ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, se concedió la libertad a Rafael Méndez Valenzuela, quien pese a haber cumplido su condena se le mantenía preso por “una mala interpretación o aplicación de la ley, lo que afectaba sus derechos humanos”. El joven salió del penal de Guasave, Sonora, a las 03:30 horas de este viernes.
Mencionó que el ministro Zaldívar intervino en lo inmediato con la juez encargada del caso, al considerar que se trataba de un caso urgente, de atención a una violación de derechos humanos.
“Quiero agradecer porque por la intervención del ministro Zaldívar, un hombre íntegro, honesto, justo, la juez encargada del caso tomó la decisión de dejar en libertad a este joven”, cuyo caso ayer fue abordado en la conferencia matutina. El mandatario federal había planteado la posibilidad del indulto, que no fue posible porque se trataba de un juicio abierto, sin resoluciones.
En la carta que ayer mismo envió al ministro presidente de la Corte, López Obrador le planteó que en este asunto se estaba cometiendo “una gran injusticia. Además, hay soluciones jurídicas que prueban el uso de tortura en contra de la persona.
“Ojalá y podamos hacer algo con respecto a la ley para dejar de manifiesto que es otra la realidad política y la manera de actuar de las autoridades”.
Zaldívar le respondió posteriormente, también por escrito, que la juez de distrito encargada del caso se allegó de toda la información pertinente y en pleno ejercicio de su autonomía e independencia determinó decretar libertad inmediata por “estar ya compurgada la pena impuesta”.
Esto amerita un reconocimiento al poder judicial y a la Suprema Corte de Justicia, subrayó el Presidente de la República.
En la conferencia de prensa matutina, Judith Méndez agradeció al presidente “su voluntad política de hacer las cosas bien, de hacer justicia, mi hijo ya está libre”.
Le agradezco mucho, “de todo corazón. Tengo el corazón en la mano y no tengo palabras porque usted terminó con esta aberración jurídica, como le llamaron, y por fin pudo estar con mi hijo. Me voy a Culiacán, quiero estar con él, abrazarlo y de verdad muchas gracias.
“Pienso que si se pudo se pueden sanar todavía muchas heridas abiertas de años anteriores. Una de ellas la mía. Dios lo bendiga”, le dijo.