Buenos Aires. El presidente argentino, Alberto Fernández, anunció este jueves la entrega a los organismos de derechos humanos, encabezados por Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, de unas 250 mil fichas que documentan el espionaje a esas instituciones, personas y sobre el accionar en diversos operativos durante la pasada dictadura militar (1976-1983), al conmemorarse 37 años de que se recuperó la democracia, y también a un año de haber asumido el gobierno en un país en crisis.
El acto se celebró en el Espacio de la Memoria en lo que fue la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) el mayor centros de detención, desaparición y exterminio durante la pasada dictadura, donde también el presidente entregó los premios Azucena Villaflor (fundadora de Madres de Plaza de Mayo) como un homenaje a Víctor Basterra, quien secuestrado en ese lugar, logró heroicamente esconder y sacar documentos y fotografías que fueron claves en los juicios a las Juntas Militares en 1985, y en los que se realizaron en el país desde 2005. Basterra falleció el pasado 7 de noviembre.
La agenda presidencial comenzó con la inauguración de la Casa de los Premios Nobeles Latinoamericanos, en una antigua casona recuperada donde estaba el Servicio de Paz y Justicia, que encabezaba el arquitecto Adolfo Pérez Esquivel en plena dictadura militar, cuando en 1980 recibió el Nobel de la Paz. después de haber sufrido cárcel, torturas y hasta intentos de asesinato.
En la inauguración de la Casa de los Premios Nobel Latinoamericanos, en el barrio porteño de San Telmo, el mandatario estuvo acompañado por Adolfo Pérez Esquivel y Alberto Barbieri, rector de Universidad de Buenos Aires, institución a la que el Nobel de la Paz 1980 cedió el lugar donde habrá un museo al que donó su medalla y diploma, como también una serie de archivos.
En esta casa se exhibirán obras de arte y condecoraciones, y archivos de los 17 premios Nobel de América Latina, entre ellos los argentinos Luis Federico Leloir (Química en 1970), Carlos Saavedra Lamas (Paz en 1936), Bernardo Houssay (Medicina en 1947), y César Milstein (Medicina en 1984). “Quería que esto vuelva al pueblo, y nada mejor que a la Universidad de Buenos Aires; ustedes son los custodio” dijo emocionado Adolfo Pérez Esquivel .
En tanto, una marea verde, el color que identifica a las mujeres en lucha por sus derechos y en especial por lograr la del aborto legal, seguro y gratuito, rodea al Congreso donde los diputados debaten este proyecto que lleva años sin definirse. Desde la noche del miércoles miles de mujeres y también hombres especialmente jóvenes se mantuvieron en vigilia, y esta tarde una multitud llegó al lugar. La oposición con su color elegido, el celeste, se ubicó también en otro sector de la Plaza de los dos Congresos y sus consignas de odio contrastan con la fuerza y alegría de las feministas. Se espera la histórica votación para la madrugada de este viernes.