Ciudad de México. El sistema financiero se ha mostrado sólido frente al impacto que ha provocado la pandemia de Covid-19 en la economía; sin embargo, hay riesgos que se pueden intensificar durante los siguientes meses, advirtió Alejandro Díaz de León, gobernador del Banco de México.
Al presentar el Reporte de Estabilidad Financiera del primer semestre de 2020, destacó que el inicio de la pandemia el sistema financiero se encontraba en una posición sólida, con niveles de capital elevado, amplia liquidez y bajos niveles de morosidad.
Sin embargo, apuntó Díaz de León, aunque en estos meses el sistema ha mostrado resiliencia, se han incrementado ciertas vulnerabilidades y riesgos.
“Si bien el sistema financiero ha mostrado resiliencia, ante los retos que ha enfrentado por la pandemia, algunos riesgos podrían intensificarse en los próximos meses, por lo que hay que estar atentos”, advirtió el gobernador del banco central.
El principal riesgo para el sistema financiero, destacó, es que persiste la incertidumbre sobre los impactos de la pandemia en la cartera de crédito en los sectores de la población más afectada en sus ingresos económicos.
Asimismo, también hay preocupación en empresas de sectores que se han visto fuertemente afectadas por la pandemia.
A nivel general, dijo Diaz de León, las pruebas de estrés aplicadas al sistema financiero arrojaron que hay solidez para hacer frente a distintos restos que pueda enfrentar la economía del país como consecuencia del impacto del coronavirus.
No obstante, advirtió, a nivel individual se detectó que algunas instituciones con baja participación en el sistema podrían tener dificultades para mantener sus niveles de capitalización dentro de lo que requiere la ley.
En su reporte, el instituto central identificó cuatro riesgos externos para el sistema financiero: una recuperación de la economía global menos vigorosa, mayor volatilidad en los mercados financieros, un menor dinamismo económico local y un ajuste en la calificación soberana o de Petróleos Mexicanos.
Entre los retos que enfrenta el sistema financiero hacia adelante destacó tener una operación ordenada, mantener el flujo de financiamiento, contener necesidades de liquidez, prevenir riesgos y mitigar el impacto de caída en la actividad económica en el empleo y por ende en el impago de los clientes.