Ciudad de México. La eliminación de la subcontratación en México es peligroso para el país, pues inversionistas establecidos en territorio nacional pondrían en duda su permanencia, dijeron representantes de los partidos Demócrata y Republicano de Estados Unidos.
Durante un foro organizado por la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), ambos fueron cuestionados sobre el tema que es objeto de discusión entre el gobierno federal y el sector empresarial.
Larry Rubin, portavoz de los republicanos, comentó que “es algo muy peligroso el cambiar algo que ya se hace a nivel mundial”, pues se trata de “una herramienta vital para las empresas, que le da certeza, no nada más a la inversión, sino también da creación de empleo”.
“Creo que intentar contra la creación de puestos de trabajo es muy peligroso, no nada más para México sino para cualquier parte del mundo”, dijo antes de reconocer el diálogo que mantiene Concamin con el gobierno federal.
“Lo último que necesita México que la inversión cuestione su permanencia en el país”, destacó.
Gricha Raether, representante del Partido Demócrata en el país, comentó que el gobierno del presidente electo Joe Biden no busca intervenir en ese tema por el momento, pues se busca respetar la política interna de los países.
Sin embargo, comentó que “demonizar” al outsourcing no es conveniente. “Es un movimiento muy peligroso para cualquier país, no estoy hablando específicamente de México”, dijo.
Agregó que el movimiento de la administración de Biden en ese sentido será limitado “siempre y cuando se respeten los lineamientos que ya están establecidos en el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y no se atente contra los intereses particulares de las empresas que están en México que vienen de parte de Estados Unidos.
No obstante, dijo que si se transgreden los derechos de las empresas y se violentan los intereses privados en el marco del pacto comercial, podría haber un tipo de intervención. Aún así consideró que debe esperarse cómo se resuelve el diálogo entre sector privado y el gobierno federal.
Raether comentó que no existe ninguna razón por la que deba cambiar la relación comercial entre México y Estados Unidos una vez que Biden asuma el cargo como presidente en enero próximo.
Señaló que es posible que se pida un mayor respeto en materia laboral y ambiental.
Por su parte, Rubin resaltó que el T-MEC es un motor de crecimiento económico, que genera empleos y atrae inversión privada.
Sin embargo, consideró que México debe llevar a cabo políticas públicas adecuadas, de lo contrario el acuerdo “no va a poder rendir frutos”. En ese tenor, señaló que se requiere crear certidumbre para los empresarios.