Ciudad de México. El Tren Maya es económicamente viable y es la última oportunidad para hacer una planeación integral de la Península de Yucatán, lo cual incluye preservar al jaguar, dijo Gerardo Ceballos González, presidente de la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar.
En entrevista con La Jornada, el investigador del Instituto de Ecología de la UNAM, comentó que el proyecto insignia de la 4T en el sureste del país es obra de infraestructura que puede aminorar problemas de transporte de personas y mercancías, por lo que es viable desde el punto de vista económico.
En términos ambientales y sociales, de la forma en la que se realiza tendrá muchos beneficios. “Es la última oportunidad de hacer una planeación de la península completa que mantenga esto a largo plazo”, explicó.
Es importante que se compagine una visión ambiental con el Tren, porque solo de esa forma las industrias que lleguen, así como otras actividades económicas, podrán continuar en esa área, mencionó.
Con motivo del Día Internacional del Jaguar, el experto rechazó que la obra sea un ecocidio como afirman distintos especialistas, organizaciones no gubernamentales y comunidades originarias de la Península, pues consideró que es menos dañino que las carreteras, argumentó.
Para que se acaben los dos millones de hectáreas de selva, tendrían que detonarse 60 bombas similares a las de Hiroshima, pero no quiere decir que el Tren tenga impactos, destacó.
El Censo nacional de jaguares arrojó que en 2018 la población de esa especie era de 4 mil 800 ejemplares, lo que significó un crecimiento de 20 por ciento respecto al que se realizó en 2010. “Decir que 2 mil jaguares se van a extinguir por una obra de infraestructura, no tiene ningún sustento científico”, aclaró.
La mitad del Tren está prácticamente construido, pues usará vía existente, mientras que en carreteras se harán adecuaciones para su paso, comentó el especialista.
El jaguar se enfrenta a dos problemas: la pérdida de su hábitat y de individuos por cacería, porque la gente los mata cuando comen ganado y por atropellamiento en carreteras, destacó.
El 1 por ciento de los 800 vertebrados, incluido el jaguar, que existen en la Península son afectados por el trazo del Tren, añadió el investigador.
“El tema del Tren no es un tema de impactar el hábitat directamente, básicamente es limitar la conectividad a las poblaciones”, dijo.
La obra busca conectar las reservas naturales, como es el caso de Calakmul. Para ello se han propuesto los pasos de fauna, explicó.
“Estamos resolviendo un impacto severo de pérdida de conectividad que se había originado en las últimas décadas”, mencionó.
Los drenajes pluviales y los pasos ganaderos se adecuarán, por lo que el proyecto contará con cientos de pasos de fauna, apuntó.
Se busca que los dueños de los corredores biológicos reciban un mayor pago por mantener esas áreas, pues derivado de la reforma agraria México se quedó sin reservas territoriales, comentó.
Los dueños solo reciben al año una cantidad pequeña, pero en conjunto con otros programas como Sembrando Vida pueden recibir más, argumentó.
“Es la única manera de que socialmente sea justo y ambientalmente correcto.. Los dueños de las tierras deben tener beneficios por mantener sus bosques y sus selvas”, apuntó.
Es necesario que la Guardia Nacional vigile las reservas, pues hay narcotraficantes, taladores ilegales y no hay manera de frenarlos, añadió.
“Es importante que entendamos que no hay mucho tiempo ni en México ni en el mundo”, dijo. “Lo que pase en los siguientes 15 años a la fauna y la flora silvestre va a definir el futuro de la mayor parte de la diversidad biológica del planeta y de la humanidad”, puntualizó.