En México hay cientos de miles de infantes que conviven con sus padres y madres encarcelados, o que incluso habitan dentro de las prisiones, pero sigue sin haber infraestructura ni personal capacitado suficiente para cuidarlos durante su estancia en estos centros, lo cual incluso los expone a ser víctimas de agresiones sexuales.
Así lo advirtieron expertos y funcionarios especializados en el tema, quienes señalaron que aún hace falta mucha voluntad política de las autoridades para realizar las adecuaciones necesarias dentro de las cárceles y garantizar la estancia adecuada de los menores.
Saskia Niño de Rivera, fundadora y vocera de la organización civil Reinserta, recordó que México ocupa el primer lugar en abuso sexual infantil, con una impunidad de más de 99 por ciento, y enfatizó que muchas de las agresiones contra los pequeños ocurren en las prisiones donde sus padres están detenidos.
De acuerdo con la activista, en el país habría más de medio millón de niños y niñas en contacto con el sistema penitenciario, o incluso viviendo con sus madres dentro de él hasta los tres años de edad, por lo que es urgente regularizar el sistema de permanencia o de visitas para evitar que se expongan a actos de violencia.
En conferencia de prensa, expuso diversos ejemplos de menores que fueron blanco de agresiones sexuales cuando se les dejó “al cuidado” de terceras personas dentro de la cárcel al ir a visitar a sus padres o madres, al tiempo que resaltó que la solución no es prohibirle a los pequeños el contacto con sus familiares privados de la libertad.
Apolonio Armenta, titular del sistema penitenciario de Coahuila, señaló que los principales retos en esta materia son que en la gran mayoría de las cárceles del país no hay infraestructura adecuada para que los menores convivan con sus padres de manera segura, ni tampoco personal capacitado o leyes que regulen el tema.