Ciudad de México. México es el país con menor gasto social entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), incluso por debajo de otros países de América Latina como Chile, Colombia y Costa Rica, reportó el organismo.
El gasto público de México en pensiones, servicios de salud, de sistemas de cuidado a infantes, a desempleados, a educación, entre otros, alcanzó 7.5 por ciento del producto interno bruto (PIB), menos de la mitad del promedio de 20 por ciento en la OCDE.
En el extremo opuesto se encuentra Francia, donde el gasto públicos social es de 31 por ciento del PIB. Y también destacan Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Alemania , Italia, Noruega y Suecia que invierten más de una cuarta parte del PIB en servicios y transferencias para la población.
La organización expuso que las pensiones y la salud son los principales destinos del gasto público social en todos los países comparados. Las primeras absorben en promedio 7.8 por ciento del PIB y los servicios médicos el 5.6 por ciento.
La composición del gasto público promedio de México entre 2017 y 2019 fue de 3.1 por ciento que se destinó a pensiones y, aunque ya están cerca del billón de pesos en el Presupuesto de Egresos de la Federación de 2021, es de los más bajos de la OCDE, sólo detrás de Chile y Corea, ambos con 2.8 por ciento. En contraste Italia gasta 15.6 por ciento de su PIB en esta prestación.
En un documento, la OCDE explicó que el gasto en pensiones que hace el país “es mucho más bajo que en Italia, porque tiene una población relativamente joven, pero también porque los jubilados italianos tienen muchas más probabilidades de recibir una pensión que en México, donde menos de la mitad de las personas mayores la reciben”.
Por otro lado, mientras Francia destina hasta el 8.5 por ciento de su PIB en gasto público a salud, México invierte 2.8 por ciento; es el segundo más bajo entre los países que conforman la OCDE, sólo detrás de Holanda, que en este rubro se recarga más en recursos privados. El resto del gasto público mexicano es en servicios distintos a la salud y en transferencias directas a la población, detalló.
El organismo explicó que durante la última década el gasto público social entre los países de la OCDE disminuyó a 20 por ciento promedio del PIB en 2019; viene de alcanzar su pico más reciente con la gran crisis financiera, cuando ascendió al 21 por ciento del PIB en 2009.
Contextualizó que los Estados de bienestar se expandieron rápido en las décadas de 1960 y 1970; pero desaceleraron desde 1990 por restricciones presupuestarias que llevaron a muchos países a endurecer los criterios de elegibilidad para acceder a los apoyos y “privatizar el gasto social" con lo que se aumentó la responsabilidad de los empleadores.
Sin embargo, en periodos de recesión el gasto social tiende a aumentar, por lo que se espera que la pandemia de Covid-19 provoque un aumento aunque aún no se sabe qué tan grande será el efecto. Más allá de los sistemas de atención a la salud que con la pandemia urgieron mayor presencia del Estado, también se dieron apoyos para jornadas de trabajo reducida, seguros por desempleo, entre otras subvenciones.