Wenchang. China aclamó como un éxito el lanzamiento de una nave robótica para traer rocas de la Luna, el primer intento de un país de retirar muestras de la superficie del satélite desde la década de 1970 y una misión que subraya las ambiciones espaciales de Pekín.
El Long March-5, el cohete transportador más grande de China, despegó a las 4:30 hora de Pekín del lunes, desde el Centro de Lanzamiento Espacial de Wenchang, ubicado en la sureña isla de Hainan, con la nave Chang’e-5.
La Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) calificó el lanzamiento como un éxito y dijo en un comunicado que el cohete voló durante casi 37 minutos antes de enviar la nave a la trayectoria prevista.
La misión del Chang’e, que lleva el nombre de la antigua diosa china de la Luna, buscará recolectar material para ayudar a los científicos a entender más acerca de los orígenes y la formación del satélite.
El viaje pondrá a prueba la capacidad de China de adquirir muestras del espacio de forma remota antes de realizar misiones más complejas.
Si se completa según lo planeado, China sería el tercer país en retirar muestras lunares, sumándose a Estados Unidos y la Unión Soviética.
Al ingresar a la órbita de la Luna, la nave espacial busca desplegar un par de vehículos: un módulo de alunizaje y un elevador. El arribo del artefacto está previsto en unos ocho días, según Pei Zhaoyu, portavoz de la misión.
Está previsto que la sonda permanezca en la superficie lunar durante unos dos días, mientras se prevé que la misión completa dure unos 23 días.
Extracción de tierra y rocas
El plan es que el módulo de aterrizaje perfore la superficie lunar con un brazo robótico para extraer tierra y rocas. Las muestras luego serían transferidas a una cápsula para el viaje de regreso a la Tierra, con un aterrizaje en la región china de Mongolia interior.
Estados Unidos, que actualmente tiene planes de volver a llevar astronautas a la Luna para 2024, llevó allí a 12 en su programa Apollo en seis vuelos de 1969 a 1972 y trajo 382 kilos de rocas y tierra.
La Unión Soviética desplegó tres misiones robóticas de toma de muestras en la década de 1970. La última, la Luna 24, retiró unos 170 gramos en 1976 de una región llamada Mare Crisium.