Ciudad de México. En México, aún un gran número de quienes ingresan a hospitales siquiátricos, clínicas de tratamiento de adicciones, albergues y cárceles para personas con discapacidad intelectual y sicosocial son víctimas de actos y omisiones que ponen en peligro su seguridad, su integridad mental e incluso su vida
, de acuerdo con un informe elaborado por la organización Documenta, análisis y acción para la justicia social.
En el reporte, que toma como fuente principal las quejas, recomendaciones e informes elaborados por organismos públicos de derechos humanos, expone que las comisiones estatales de derechos humanos (CEDH) han recibido 79 denuncias donde se señalan hechos violentos en contextos de atención a la salud mental. De 20 recomendaciones emitidas, en nueve se mencionan agresiones ejercidas como violencia física, sexual, sicológica, esterilización forzada, sujeciones, aislamiento, castigos y acciones que ponen en riesgo la vida.
Indica que para los usuarios de servicios de este tipo la privaciónde la libertad representa un escenario de vulnerabilidad agravada. Al respecto, las CEDH han registrado 44 quejas que hacen alusión a tratos crueles y degradantes consistentes en humillaciones, golpes, amenazas, burlas, negligencia médica que, en algunos casos llega a derivar en la muerte. Del total de reportes, 18 corresponden a hospitales siquiátricos, 13 a reclusorios, nueve a albergues de la Ciudad de México y cuatro a clínicas de tratamiento de adicciones.
Violencia del personal
La organización expone que la violencia ejercida en estos espacios se caracteriza porque es infligida, en gran porcentaje, por el personal que labora en ellos. Sólo 10 por ciento de las quejas refiere violencia de parte de la población
.
Señala que a escala federal, la aplicación de la terapia electroconvulsiva no está regulada, sin embargo, su uso es común, incluso se han reportado casos en los cuales se practica sin anestesia
, como en el Hospital Regional de Alta Especialidad de Salud Mental de Tabasco.
En 13 quejas se denunció una mala atención médica siquiátrica. En siete reportes se señaló que la población presentaba síntomas de sobremedicación; se les encontraba demasiado sedada
, atontada
todo el tiempo o drogada
y en un caso se hace alusión a la muerte de la persona.