Buenos Aires. El juez federal Marcelo Martínez de Girogi dispuso este martes el sobreseimiento de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y poco más de 200 empresarios y ex funcionarios a los que se involucró en la famosa causa de las fotocopias de cuadernos, supuestamente escritos por el chofer de un ministerio en el presunto pago de sobornos por parte de empresas de transporte, que eran beneficiadas para comprar diésel.
Esta es una de las partes de la causa general, considerada como una “aberración jurídica”, surgida de falsas e inexistentes pruebas y de testimonios tomados por el fiscal Carlos Stornelli y el juez Claudio Bonadío, que acaparaban todas las causas abiertas en complicidad con el gobierno del ex presidente Mauricio Macri (2015-2020) para implicar a la ex presidenta Fernández de Kirchner, su familia y sus ex funcionarios..
En febrero de 2019, por la denuncia de un intento de extorsión del grupo que giraba alrededor del fiscal Stornelli, el juez federal Alejo Ramos Padilla allanó la casa de un agente de inteligencia, Marcelo D’Alessio, donde encontró documentos que demostraban la existencia de una red de jueces, fiscales, periodistas, medios de comunicación y espías de la Agencia Federal de Inteligencia para crear falsos procesos y extorsionar a empresarios con la acusación de haber pagado sobornos.
El juez determinó los sobreseimientos ante la imposibilidad de realizar peritaje alguno que permita aclarar los hechos investigados, y también ante la falta de pruebas. El juez Bonadío que preparó casi una decena de causas en su persecución judicial (lawfare) contra Fernández de Kirchner y su entorno, partía de que el pago de sobornos ocurrió entre 2003 y 2014. Nada fue probado. En esta trama se acusó al ex ministro de Planificación, Julio De Vido y a los ex secretarios de Transporte, Juan Pablo Schiavi, Ricardo Jaime y Alejandro Ramos, que estuvieron en prisión preventiva.
Jaime y otros siguen presos por otras causas. También fueron acusados unos 200 empresarios de transporte, todos los cuales probaron desde hace tiempo su inocencia.
Muere Sara Solarz de Osatinsky, sobreviviente de la Esma
En otro asunto, la sobreviviente del Centro Clandestino de Detención de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) Sara Solarz de Osatinsky murió ayer a los 85 años en Suiza por una embolia pulmonar.
Sara fue una de las más respetadas entre las sobrevivientes, por todos los testimonios que dio ante los juicios por los crímenes de la pasada dictadura militar (1976-1983), pero también por ella pudieron ser conocidas la historias de niños nacidos en cautiverio y robados por los militares antes de desaparecer a las madres.
Nacida en Tucumán, fue secuestrada en Buenos Aires en 1977 y llevada a la Esma, donde fue sometida a violaciones y torturas y obligada a realizar trabajo esclavo, como sucedió con el recientemente fallecido Víctor Basterra, que pudo esconder y sacar documentos y fotografías de los principales responsables de los crímenes en ese lugar la ESMA y también de muchos de los desaparecidos que pasaron por ese lugar de exterminio.
Sara fue enviada a trabajar en la sala adonde eran llevadas la detenidas embarazadas y ella misma atendió a más de 15 de sus compañeras como una “partera” improvisada, pero además ayudó con amor a aquellas madres desesperadas, a las que les robaban sus hijos. Entre otras asistió al parto de Patricia Roisinblit , hija de una de las históricas Abuelas de Plaza de Mayo y en 1988 declaró ante el juez Adolfo Bagnasco en Suiza sobre estos terribles sucesos, cuando éste viajó a Suiza a tomar testimonios. “Era como una madre para todos nosotros, yo tenía 20 y ella tendría 45, había perdido a sus dos hijos adolescentes y habían matado a su marido, era una mujer maternal, cálida y solidaria”, fue uno de los recuerdos de otra sobreviviente, Miriam Lewin, nombrada ahora defensora del Público, que hoy pudo hablar con Página 12 .
Sara era la única sobreviviente de su familia; fueron asesinados su esposo Marcos Osatinsky y sus dos hijos . El testimonio de Sara fue histórico aquí y también ante la Asamblea Nacional francesa. Su historia de lucha y amor por sus compañeras hicieron de ella una de las imprescindibles a la hora de escribir las memorias del horror