Integrantes de diversas organizaciones civiles realizaron este viernes una caminata del Ángel de la Independencia al Monumento a la Revolución para celebrar la despenalización del uso lúdico de la mariguana, aunque advirtieron que hay aspectos de la ley sobre dicho tema que aún deben mejorarse para que sus beneficios alcancen a la mayor cantidad posible de personas.
Una decena de manifestantes se reunió en las inmediaciones del Ángel y sembró plantas de cannabis en las jardineras instaladas sobre Paseo de la Reforma, para saludar la iniciativa aprobada ayer en el Senado de la República con el voto mayoritario de legisladores de todas las bancadas.
Alejandro Sandoval, director de la asociación civil Agenda LGBT, consideró que la medida “es algo favorable porque piensa en los derechos económicos, sociales y ambientales del país y en la prosperidad de México, porque en un contexto difícil con la pandemia de Covid-19, lo que está haciendo el Senado es pensar en otra entrada de dinero al país, favorecer al campo, a los micro, pequeños y grandes empresarios, y a la sociedad civil que lucha por el uso adulto y medicinal” de la planta.
El activista añadió que, tras el aumento de la violencia que trajo consigo la llamada “guerra” contra el narcotráfico, la iniciativa “traerá pacificación al país, porque esta planta trae beneficios muy fuertes. El campo mexicano está muy golpeado y el cáñamo ayudará mucho a fortalecer el sector campesino. Es una deuda histórica que tenemos y hay que verlo de esa forma. No solo es el uso adulto, sino el industrial y el medicinal”.
Sin embargo, no todos los participantes en la caminata se dijeron tan optimistas con la iniciativa, aún pendiente de ratificación en la Cámara de Diputados.
Hugo Apache, integrante del Club Canábico Xochipilli, estimó que la ley sobre el tema “se queda muy corta” y no garantiza el fin de la criminalización de los usuarios o el acceso de los pequeños agricultores a los beneficios del cultivo legal de la planta.
“Para mí, es un primer paso. No tengo mucho qué festejar porque los derechos humanos se siguen violentando. Queda bastante por trabajar, porque como usuario de cannabis me sigo sintiendo bastante criminalizado”, dijo el activista.
Un ejemplo de lo anterior es que aunque el límite de portación de mariguana aumentó a 28 gramos, “aún así seguimos teniendo el riesgo de que nos siembren más y nos digan que estamos fuera de la ley”, además de que el número de plantas autorizadas a cada persona y la cantidad de miembros de los clubes de consumo todavía son muy limitados.
“La ley se queda muy corta; siento que fue muy express, pasarla rápido para dar una solución, pero siento que le faltaron muchas cosas por discutir.
“Las empresas extranjeras ya están aquí presentes, aprovechando la oportunidad para implementar toda su tecnología, y creo que es necesario que venga tecnología extranjera para ayudarnos a implementarlo aquí en nuestro territorio, pero no que se queden con todo”, subrayó.