Bakú. El ejército de Azerbaiyán retomó este viernes el control del distrito de Aghdam, cedido por los separatistas armenios de Nagorno Karabaj, tal y como prevé el acuerdo de alto el fuego que puso fin a seis semanas de guerra.
Se trata de la primera de las tres retrocesiones a Azerbaiyán de territorios que las fuerzas armenias habían controlado durante casi 30 años, tras una primera guerra que en su momento causó 30 mil muertos y cientos de miles de desplazados, incluida la población azerbaiyana de Aghdam.
"Felicidades a todos los ciudadanos de Aghdam. Ya no son refugiados, volverán a sus tierras ancestrales", declaró el presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, en declaraciones difundidas por televisión, después de que el ejército entrara en este distrito.
"Hemos liberado la región del fascismo armenio", proclamó, retomando la retórica incendiaria que suele usar. En Bakú, la retrocesión fue recibida con escenas de alegría y muchos habitantes agitaron la bandera azerbaiyana en las calles.
El acuerdo de tregua, firmado el nueve de noviembre y negociado por el presidente ruso Vladimir Putin, confirma la derrota armenia tras seis semanas de combates que probablemente dejaron miles de muertos, pero permite la supervivencia de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj, aunque pierda muchos territorios.
Además de los territorios conquistados dentro de la propia Nagorno Karabaj, como Shusha (segunda ciudad de la provincia), Azerbaiyán recupera los siete distritos azerbaiyanos que eran una especie de barrera de seguridad de los separatistas.
Cuatro los retomó por las armas y tres ya fueron o serán devueltos. Tras Aghdam, vendrán Kalbajar, el 25 de noviembre y Lachin, el uno de diciembre.
El ministro ruso de Defensa anunció por su parte que el viernes finalizó el despliegue de mil 960 de sus soldados de mantenimiento de la paz en la región para garantizar el cumplimiento del alto el fuego.
Putin elogió la presencia de estos soldados, que ha permitido "estabilizar la situación", y prometió reforzar la ayuda humanitaria de Moscú. Instó a la ONU y a la Organización Mundial de la salud a enviar misiones al lugar.
- Casas incendiadas -
En Aghdam, los armenios locales no esperaron la llegada de las fuerzas de Bakú para huir. Muchos prefirieron prender fuego sus casas antes de marcharse, para que ningún azerbaiyano pueda habitar en ellas, comprobaron periodistas de la AFP.
Mientras ponían sus pertenencias en sus vehículos, los últimos habitantes se fueron menos de una hora antes de la llegada del ejército azerbaiyano.
Un control de carretera armenio y un puesto de control del ejército ruso también fueron establecidos en la carretera, ahora desierta, entre Nagorno Karabaj y Aghdam, según un periodista de la AFP.
Los soldados armenios ya habían destruido su cuartel general en Aghdam el jueves, un pueblo fantasma en ruinas durante casi 30 años donde los separatistas tenían una base de retaguardia.
En el pueblo de Nor Maragha, dentro de este distrito, los habitantes mataron al ganado, recogieron sus verduras y frutas y metieron en sus vehículos y en remolques todas sus pertenencias personales con el amargo sentimiento de dejar al odiado enemigo sus granjas y sus huertas.
A finales de la guerra en los años 1990 el éxodo fue en sentido inverso: la población azerbaiyana huyó de estos lugares y Armenia pidió a sus ciudadanos que poblaran la zona.
- El papel de Turquía -
El acuerdo que puso fin a los combates es una humillante derrota para Armenia. La oposición acusa al primer ministro Nikol Pashinyan de ser un "traidor" y pide en vano su dimisión.
Aunque descartó dimitir, el viernes reemplazó a dos ministros, incluyendo al de Defensa, unos días después de que el jefe de la diplomacia fuera despedido.
El viernes, decenas de manifestantes bloquearon las calles del centro de Ereván y Gyumri con gritos de "¡Nikol vete!" antes de ser dispersados por la policía, que dijo haber detenido a 85 personas.
En Azerbaiyán, el presidente Aliyev se presentó triunfante esta semana en lugares emblemáticos recuperados tras la guerra.
La comunidad internacional se ha felicitado por este alto el fuego, pero persisten ciertas "ambigüedades" sobre su puesta en práctica. Francia pidió a Moscú que aclare, por ejemplo, cuál es el papel de Turquía, gran apoyo de Azerbaiyán y enemigo jurado de Armenia.
Turquía no aparece mencionada en el acuerdo que puso fin a los combates, pero sus autoridades anunciaron rápidamente que supervisarían el alto el fuego conjuntamente con Rusia.
El presidente ruso garantizó sin embargo que no habrá ningún soldado turco en Nagorno Karabaj.
Por otra parte, la UNESCO propuso este viernes enviar una misión de expertos a Nagorno Karabaj para hacer un inventario de los bienes culturales de la región.
VIDEO: Miles de refugiados tras el conflicto por Nagorno Karabaj