Moscú. Azerbaiyán pospuso el domingo la toma de control de un territorio cedido por las fuerzas armenias en un acuerdo de cese del fuego, pero denunció que los civiles que se están yendo están incendiando casas y cometiendo lo que denominó “terror ecológico”.
La tregua puso fin a seis semanas de intensos combates entre Azerbaiyán y Armenia por la región de Nagorno-Karabaj y territorios fuera de sus fronteras oficiales que habían estado bajo el control de las fuerzas armenias desde 1994. El acuerdo pide que Azerbaiyán tome el control de los territorios periférico. El primero, Kelbajar, debía entregarse el domingo.
Pero Azerbaiyán aceptó retrasar el traspaso hasta el 25 de noviembre tras una solicitud de Armenia. El asistente presidencial de Azerbaiyán, Hikmet Hajiyev, dijo que el empeoramiento de las condiciones climáticas dificultó la retirada de las fuerzas y civiles armenios.
Después de que se anunció el acuerdo el martes, muchos residentes angustiados incendiaron sus casas para dejarlas inutilizables para los azerbaiyanos que lleguen.
Antes de una guerra separatista que terminó en 1994, Kelbajar estaba poblada casi exclusivamente por azerbaiyanos. Pero posteriormente el territorio quedó bajo control armenio.
Nagorno-Karabaj fue una república autónoma de Azerbaiyán durante el período soviético. Un movimiento para unirse a Armenia surgió en los últimos años soviéticos y tras el colapso de la URSS, estalló una guerra en la que murieron unas 30 mil personas y miles quedaron desplazados.
Ha habido enfrentamientos esporádicos después de que terminó la guerra en 1994, pese a que hubo mediadores internacionales. Los combates a gran escala estallaron nuevamente el 27 de septiembre.
Armenia dice que mil 434 soldados murieron en los combates de este año, pero las bajas civiles no están claras. Azerbaiyán no ha reportado sus bajas.
El pacto de paz mediado por Rusia –considerado una gran victoria para Azerbaiyán– establece la retirada escalonada de Nagorno Kabaj, para el 1 de diciembre, de fuerzas armenias de los distritos azerbaiyanos que rodean el enclave. Vía Graphic News