En sus 75 años de existencia, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no sólo ha logrado permanecer más que todos los multilaterales anteriores, también “hemos logrado evitar políticamente una tercera guerra mundial” porque nunca en la historia humana habían pasado tantos años sin enfrentamiento militar entre las principales potencias, “y este es un logro espectacular”, destacó Giancarlo Summa, director del Centro del Información del organismo.

Aplaudió además iniciativas como la mexicana ante el  Covid-19 para que se sume la cooperación internacional y dar acceso a todas las naciones a tratamientos y vacunas, porque esta crisis porque “no hay una solución nacional a la pandemia”.

Hizo un recuento de otros logros de la ONU en este período, entre ellos el apoyo a los esfuerzos de la descolonización en África, así como las normas en favor de los derechos humanos y la ayuda humanitaria para salvar la vida de millones de personas en lugares con desastres y hambrunas, así como esfuerzos históricos para mantener el medio ambiente y al planeta.

Pese a ello, Summa admitió que a partir del 2015 cuando hubo logros importantes en el mundo, ésta ya parece “otra época histórica” y hoy se profundiza la brecha entre los que se beneficiaron de la globalización y la erosión de los derechos sociales y la pérdida de empleos decentes.

“Millones de jóvenes con alto nivel de educación se enfrentan al desconcierto (de la falta de oportunidades)  mientras sus padres y abuelos temen perder sus empleos y pensiones. Asimismo, la fe en la democracia está disminuyendo -lo dicen varias encuestas- y cada vez más personas no se sienten representadas por los gobiernos y los funcionarios elegidos”.

En su oportunidad, la subsecretaria para Asuntos Multilaterales de la cancillería, Martha Delgado expuso a detalle la importancia que para México. Significa formar parte del Consejo de Seguridad de la ONU, del Consejo Económico y Social así como del Consejo de Derechos Humanos, porque ello demuestra la importancia que para el país tiene el multilateralismo.

Asimismo, dijo, es una oportunidad para aportar la experiencia mexicana a favor de esos pilares fundamentales para el logro de la Paz, la seguridad, el desarrollo sustentable y los derechos humanos.

Durante un conversatorio virtual a propósito del aniversario de la ONU organizado por el Tec de Monterrey, el funcionario de la organización, asumió: hay un sentimiento generalizado de desesperación y miedo, “y es bastante fácil convertir el miedo en odio contra aquellos que son diferentes, vienen de otro país, profesan otra religión o tienen un color de piel diferente. El miedo y el odio son herramientas poderosas en manos de líderes inescrupulosos; afirmar ‘mi país, primero o mi religión, primero’ no sólo es erróneo y peligroso sino que también es completamente inútil cuando pensamos en los desafíos a los que nos enfrentamos hoy en día: la crisis climática, el colapso de la biodiversidad, la urbanización errática y caótica, la inseguridad alimentaria, la escasez de agua, los flujos migratorios, recrudecimiento de conflictos armados, las tensiones geopolíticas, el terrorismo global...”

Summa siguió por esa ruta de enumerar los problemas de la actualidad  al admitir también que el odio y la polarización se están extendiendo “y la desigualdad de género sigue siendo el mayor desafío individual a los derechos humanos en el mundo”.

Frente a ello, “en los últimos meses, desde febrero, la pandemia del Covid-19 ha puesto al descubierto las fragilidades del mundo: la multiplicación de los egoísmos nacionales, las fallas de la cooperación global, los peligros de la pandemia de la desinformación...”

Subrayó la necesidad de encarar los desafíos globales con los principios de un trípode: paz y seguridad, desarrollo sostenible y protección de los derechos humanos. “Ese es el desafío para los próximos años”, desde la perspectiva de la ONU.

Y con esa visión, Giancarlo Summa, concluyó también: “todos estamos conscientes que el status quo actual del sistema multilateral que tiene en la ONU su centro no es más sostenible sin una profunda actualización.”.

Desde su visión de investigador, ubicó la existencia de dos problemas que la ONU debe asumir para encarar los retos de este siglo: un profundo déficit de confianza y un fuerte retraso en la actualización institucional del sistema, y aportó algunos puntos sobre los cuales se debe actuar de inmediato para encararlos.