Lisboa. Portugal, donde sigue extendiéndose el coronavirus, impuso el lunes el estado de emergencia sanitaria y un toque de queda para la mayoría de la población, una medida "catastrófica" afirman propietarios de comercios, bares y restaurantes.
"No podemos pensar que vamos a hacer frente a esta pandemia sin esfuerzo", reconoció el primer ministro socialista Antonio Costa, el día en el que el balance de muertos superó los 60.
Por eso, a partir de este lunes, de las 23 horas a las 05 horas, 7.1 millones de portugueses tendrán prohibido "circular por la vía pública", salvo por razones de fuerza mayor o si trabajan de noche.
Los próximos dos fines de semana, este toque de queda se adelanta a las 13 horas, tanto el sábado como el domingo.
"Estos horarios son una catástrofe para la restauración", declaró a la AFP Joao Pereira, gerente de un restaurante del centro de Lisboa, de unas diez mesas.
Desde mediados de octubre, el número de nuevos casos se ha triplicado, aunque el lunes se dieron 4 mil contagios frente a los más de 6 mil del sábado pasado.
"Restaurantes de luto"
"Si nos obligan a cerrar a las 13 horas el sábado ¡ni siquiera podremos servir los almuerzos!", denunció Joao Pereira desde detrás de la barra de su establecimiento, dudando de si le conviene abrir el sábado por la mañana.
"¿Cómo vamos a sobrevivir?", afirmó preocupada Ernestina Cardoso, una cocinera de 64 años y originaria de Cabo Verde que trabaja en un restaurante del centro de la capital.
"Si cierran el fin de semana, perdemos muchísimo dinero. No veo cómo puede hacer mi jefe para seguir pagándonos el sueldo", afirma.
Misma preocupación entre la decena de empleados de un pequeño restaurante que decidió colgar una pancarta en la calle: "matar a unos para salvar a otros: restaurantes de luto".
El número de casos globales confirmados de Covid-19 superó los 50 millones, mientras la pandemia sigue acelerándose y una nueva oleada de la enfermedad ataca a Europa. Vía Graphic News