En el tercer día de luto nacional por las víctimas de Covid-19, y en el contexto de Día de Muertos, se llevó a cabo una oración tradicional tzeltal y una ceremonia wixárika en el patio central de Palacio Nacional, donde desde el pasado 31 de octubre se colocó la ofrenda “Una flor para cada alma”.
La oración tradicional tseltal fue de agradecimiento y protección, y consistió en el encendido de velas, rezos para pedir por el bienestar, y la repartición de tabaco bendecido entre los asistentes. La encabezó el anciano principal Juan Encinos, quien mencionó que este ritual fue una pequeña reseña de lo que tradicionalmente se realiza en el municipio de Oxchuc, Chiapas, ya que su realización lleva hasta tres horas.
Al finalizar el rezo, bendijo el tabaco que -dijo- “es muy importante, nos protege de día y de noche” y después lo repartió entre las cinco personas que lo acompañaron en la ceremonia, dos hombres y tres mujeres. Después continuaron con un baile tradicional.
Tras concluir esta oración, se dio paso a la ceremonia tradicional wixárika de limpia de Mexquitic, Jalisco, la cual fue encabezada por el marakame, Lino López de la Cruz, quien recorrió la ofrenda “Una flor para cada alma”, que se centra en pueblos representativos de las cuatro regiones del país.
Las ceremonias estuvieron acompañadas de música tradicional fúnebre interpretada por la Banda Donají, de la comunidad zapoteca de Villa Hidalgo Yalalag, Oaxaca.
Al finalizar, Juan Encinos agradeció al presidente Andrés Manuel López Obrador “que nos tomó en cuenta” a los pueblos originarios para esta conmemoración, así como a su esposa Beatriz Gutiérrez Müller y a todo el gabinete.
“Queremos agradecerle infinitamente que nos ha tomado en cuenta, creo que esto es muy importante, vamos a pedirle a Dios, el ser todopoderoso, que le dé fuerza, valor y autoridad para gobernar a México”, mencionó.