En ocho meses de pandemia de Covid-19, en México hay más de 127 mil personas que han estado hospitalizadas a causa de ese virus y requieren de algún tipo de rehabilitación para recuperar su función pulmonar, la fuerza física y/o superar afecciones en terminaciones nerviosas que les provocan pérdida de sensibilidad, sobre todo quienes han tenido una infección grave.
Éste es un tema pendiente de atención, afirmó Rafael Machorro Moreno, médico internista del Hospital Juárez de México.
Además de la insuficiente infraestructura de servicios de rehabilitación física en el país, reconocida por las autoridades de salud, está el hecho de que por la necesidad de ampliar la capacidad de atención, en algunos nosocomios, como el Juárez de México, ocuparon las áreas destinadas al servicio de rehabilitación para colocar camas con el fin de atender a personas con otros padecimientos.
En este lugar, la ocupación nosocomial prácticamente se ha mantenido elevada. El hospital mencionado es centro de referencia para enfermos sin seguridad social en la zona norte de esta región.
Sobre las secuelas en los pacientes que han logrado vencer al Covid-19, Machorro Moreno explicó que quienes tuvieron cuadros leves el pronóstico médico más frecuente es que entre 50 y 80 por ciento egresan con oxígeno suplementario y de los que estuvieron graves, incluso recibieron terapia de intubación, más de 80 por ciento también lo requieren y probablemente por un periodo largo.
Le sigue en importancia la neuropatía del paciente crítico, que se desarrolla en individuos que estuvieron intubados durante dos o tres semanas. La tercera secuela requiere prescribir el manejo clínico del síndrome de insuficiencia respiratoria causado por Covid-19, que implica limitar la actividad muscular, que los pacientes estén relajados a fin de bajar el estrés al que está sometido el pulmón por el efecto del virus. La consecuencia del reposo prolongado es que se van perdiendo funciones motoras y sensitivas.
A esto se suma la sarcopenia, que es la disminución de la masa muscular (cantidad y calidad de fibras musculares) y, por ende, de la fuerza física. Cuando salen de la intubación, los afectados presentan dificultad para mover brazos y piernas, para respirar e incluso para toser y expulsar secreciones.
Al perder fuerza física, no pueden realizar actividades básicas como peinarse, vestirse y alimentarse por sí mismos. Mucho menos se pueden levantar y caminar. Para eso se necesita la rehabilitación física que, por ahora, los servicios de salud no pueden proporcionar, comentó el especialista.
Sólo reciben paliativos al ser dados de alta
Sin embargo, los médicos realizan algunos ejercicios cuando los afectados salen de la intubación, con la finalidad de que, en los casos más severos, logren realizar algunos movimientos, como pasarse de la silla a la cama o alimentarse.
Explicó que las personas también pueden presentar dolor con calambres, adormecimientos en brazos y piernas, piquetes en la piel por la neuropatía. En este caso existen medicamentos neuromoduladores que les ayudan a aliviar las molestias.
Cuando todo esto pase (la pandemia) seguramente les vamos a dar seguimiento
, señaló Machorro. Por ahora, los pacientes que salen de alta se van a sus casas con recomendaciones de ejercicios que les ayuden en su rehabilitación”.
Reconoció que, en algunos casos, pueden quedar secuelas permanentes por daño pulmonar. Por ahora, la prioridad sigue siendo la atención de los enfermos con Covid-19
, apuntó.
El Instituto Mexicano del Seguro Social puso a disposición de la población un documento con recomendaciones en la página de internet: http://www.imss.gob.mx/sites/all/statics/COVID-19/recomendaciones/rehabilitacion-covid.pdf