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La pandemia no logra debilitar el esplendor del Día de Muertos

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El Museo Diego Rivera Anahuacalli dedica su altar de Muertos a los artistas mexicanos de la cartonería, cuyo trabajo Rivera y Kahlo apreciaron, coleccionaron y admiraron. Foto Víctor Camacho
01 de noviembre de 2020 10:12

Ciudad de México. Bajo estrictas medidas sanitarias y con sólo 30 por ciento del aforo habitual, algunos museos de la Ciudad de México abrieron sus puertas este sábado para mostrar al público sus ofrendas de Día de Muertos.

Una de las más visitadas fue la que por tradición se monta en la Casa Azul Museo Frida Kahlo, en Coyoacán, que ayer recibió a 500 personas. La instalación La mesa restaurada: memoria y rencuentro es una propuesta del diseñador Jean Paul Gaultier, en torno la enigmática obra La mesa herida (1940) de la autoría de Frida y hoy desaparecida.

El artista retomó la idea del ritual tradicional de Guanajuato (tierra natal de Diego Rivera), que se centra originalmente en celebrar con los difuntos una comida sobre las tumbas, costumbre que debido a la pandemia de Covid-19 este año se desplazó a las mesas familiares, en casa y con sana distancia.

Es así como una Frida huesuda convoca a 12 comensales, artistas inolvidables, de diferentes países, todos ellos fallecidos en distintas epidemias.

Ahí están Tiziano, Gustav Klimt, Egon Schiele, Edvard Münch, Georgia O’Keeffe, Keith Haring, el literato Guillaume Apollinaire, Rudolf Nuréyev, Chopin, Moliére, Sor Juana y, de manera muy emotiva para el público, el mexicano Manuel Felguérez, víctima hace unos meses de Covid-19.

El altar contó con la colaboración de Lourdes Báez y Grisell Villasana, el equipo de museografía del Museo Frida Kahlo, el despacho Ap70 Proyectos, la Universidad La Salle y un grupo de artesanos tradicionales de Guanajuato, de los talleres de alfarería tradicional de Gorky González, de vidrio soplado Guajuye, del de cartonería de Mauricio Hernández Colmenero, así como de la familia de alfeñiqueros Barreto Tomé y de farolas de San Miguel Allende.

El Museo Diego Rivera Anahuacalli recibió el sábado a 230 personas que visitaron la ofrenda/altar de Muertos titulada Mis juderos, en tributo a los artistas mexicanos de la cartonería cuyo trabajo Diego y Frida apreciaron, coleccionaron y admiraron.

En los años 30, mientras Diego pintaba un mural colectivo en el mercado Abelardo L. Rodríguez, de la Ciudad de México, conoció a dos artistas de la cartonería que admiró, y de cuya obra se convirtió en coleccionista: Carmen Caballero y Pedro Linares.

Tanto el Anahuacalli como la Casa Azul conservan obras de arte de estos creadores, llamados Judas, que tradicionalmente eran diablos de papel maché que representaban a Judas Iscariote, cuyo destino era ser quemados o apedreados durante la Semana Santa.

Con el tiempo, estos personajes tomaron la forma de calacas y diablos-calaveras para protagonizar también la festividad del Día de Muertos.

Rivera decía que Carmen y Pedro, sus juderos de cabecera, tenían una genialidad comparable a la de Picasso, pues eran: “creadores genuinos de un universo colorido y enigmático (…) Con lenguaje propio, inspiraron a otros artistas modernos a través de sus extraordinarios demonios”.

Para evitar aglomeraciones, ambas ofrenda permanecerán durante todo noviembre.

En honor a Toledo

En Unión Hidalgo, Oaxaca, se instaló una ofrenda dedicada al pintor Francisco Toledo, en la galería Gubidxa. En ese pueblo zapoteca la celebración del Xandu’ (Todos Santos) es una tradición milenaria que se vive cada 31 de octubre.

Una fotografía de gran tamaño con la imagen del maestro resalta en medio del biguie’ (ofrenda), adornada con panes, velas, flores de cempasúchil, cresta de gallo, dos arcos de palma de coco, pinceles y colores. También se le colocó incienso de copal y romero, que simbolizan la espiritualidad.

Es una muestra del cariño y respeto que se tienen al pintor oaxaqueño desde ese rincón istmeño, donde se le recuerda siempre por su labor altruista y en beneficio de Oaxaca. La galería Gubidxa es un espacio independiente dedicado a la cultura y las artes, creada hace 15 años por el profesor y también escritor bilingüe Víctor Fuentes, espacio que, por la pandemia de Covid-19, se mantuvo cerrada siete meses, y que ahora, con la ofrenda dedicada a Toledo, reanuda sus actividades.

Los asistentes además de admirar el altar, recibieron café y pan, que forma parte de la tradición de visitar una ofrenda en las casas de Unión Hidalgo.

El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) informó que este primero de noviembre permanecerán abiertos 14 de sus recintos museísticos, en un horario de 11 a 17 horas.

En el Centro Histórico se podrán visitar el Ex Teresa Arte Actual, los museos nacionales de Arte, de San Carlos y de la Estampa, así como el del Palacio de Bellas Artes y el Mural Diego Rivera; también el Laboratorio Arte Alameda y la galería José María Velasco.

En la zona de San Ángel estarán abiertos el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo y el Museo de Arte Carrillo Gil, mientras en la zona Roma-Chapultepec se encuentran el Salón de la Plástica Mexicana, Museo Tamayo, Museo de Arte Moderno y la Sala de Arte Público Siqueiros.

Algunos de los recintos, como se reportó en estas páginas ayer, tienen montadas ofrendas para recordar también a quienes este año han perdido la batalla frente al Covid-19.

El Museo Nacional de Arquitectura, localizado en el tercer piso del Palacio de Bellas Artes es el único recinto que estará cerrado.

(Con información de Diana Manzo, corresponsal)

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