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Sí hay evasión de 21 mil mdp: Beyruti, el llamado 'rey del outsourcing'

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El empresario Raúl Beyruti, durante la entrevista con ‘La Jornada’ en su oficina de Interlomas, en la capital del país. Foto Arturo Cano
30 de octubre de 2020 08:45
Viernes 30 de octubre de 2020. La prensa financiera le llama el Rey del outsourcing. En los últimos días, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha aludido a su empresa, sin mencionarla expresamente, a propósito de la anunciada iniciativa de ley para regular –o desaparecer– la práctica de la subcontratación laboral, que ha crecido sin freno durante los últimos años.

La razón de las alusiones presidenciales estriba en que GINgroup, del poblano Raúl Beyruti, tiene casi 200 mil empleados, que subcontrata para gigantes como Walmart, Femsa, Comex, HSBC y Santander.

–¿Qué le responde al Presidente?

–No le puedo responder directamente, porque no me menciona. Lo que sí puedo comentar es que GINgroup está dedicada ciento por ciento al trabajo. Todos los días estamos buscando la forma de cumplir con los lineamientos legales, fiscales y laborales, pero también crecer y crear empleo. No nos gusta la política, no nos metemos en ese tema, sino en el de generar fuentes laborales.

–El mandatario federal dice que empresas del sector evaden impuestos por 21 mil millones de pesos anuales. ¿Es cierto?

–Tiene razón el señor Presidente. Como no hay una regulación adecuada, han llegado empresas que no se sujetan a estos lineamientos, y eso ha propiciado que existan firmas que emiten facturas sin sustento ni soporte. Con esta ley se va a evitar todo esto. La evasión de 21 mil millones que se menciona seguro se va recaudar.

En el mundo sindical se considera que el principal talento de Raúl Beyruti es aprovechar la renuncia a la fiscalización laboral en gobiernos anteriores y haber perfeccionado sofisticados modelos de outsourcing, que incluyen –cual cuentas de vidrio– prestaciones como apoyos para capacitación, consultas médicas, seguros de vida y de servicios funerarios.

Todo se cae, dice un dirigente sindical, cuando se razona de dónde se pagan esas prestaciones: obviamente es un diferencial que deja de cubrirse al fisco, a la seguridad social y al trabajador mismo.

A lo largo de la entrevista, en una oficina austera de la opulenta zona de Interlomas, Beyruti rechaza una y otra vez que la suya forme parte de las empresas malas, las factureras que ayudan a evadir impuestos y suelen dar de alta a los trabajadores con salarios más bajos de los que devengan.

El pasado martes, a pregunta expresa, López Obrador dijo que se estudia si la iniciativa propone eliminar o sólo regular la tercerización. Se tratará, eso sí, de una ley que las empresas del ramo no puedan burlar de nuevo.

–Con lo que ha crecido –Beyruti calcula que más de 8 millones de personas laboran bajo ese esquema–, ¿se ve imposible la desaparición de la subcontratación?

–No creo que sea imposible, creo que es inconveniente. Es importante para nuestro país, para los empresarios y colaboradores, para el propio Estado, porque sí hay un pago de impuestos importante que ayuda.

Lejos de oponerse, el empresario poblano se asume como un promotor de la regulación. Afirma que él y mandos de su empresa han participado en reuniones con legisladores y argumenta que con una buena ley vamos a eliminar a aquellas empresas que realmente no cumplen, que no pagan impuestos.

La clave, añade, sería la creación de un organismo encargado de certificarlas, para lo que deberán cumplir con el pago de impuestos, las cuotas del Seguro Social y el Infonavit. Ahí es donde se va a ver el beneficio de haber regulado.

Prohibir la tercerización afectaría también a todos los niveles de gobierno, afirma Beyruti, pues municipios, estados y dependencias federales han recurrido a empresas del ramo para contratar empleados de limpieza, seguridad y muchas otras áreas. Una vez que todo esto pase, sí nos gustaría explorar la posibilidad de trabajar con el sector gobierno.

–¿Hay buenos y malos en el sector? El senador Napoleón Gómez Urrutia lo acusa a usted de cabildear contra la reforma.

–Lo que he cabildeado es precisamente la iniciativa de ley para regular la tercerización. (Cuando se apruebe) las empresas que no tengan certificación serán las que no cumplen, y las autoridades podrán ir contra ellas con todos los elementos. A las que sí logremos la certificación nos deben dejar trabajar, porque es necesario crear empleos. Nosotros hemos creado, desde que crecimos hasta el año pasado, 195 mil empleos; no es nada fácil”.

-¿Lo atacan por el tamaño de su empresa?

–Por los valores agregados que tengo.

–¿De dónde salen esos valores agregados? Los seguros, las prestaciones, ¿quién paga?

–Nosotros lo pagamos. Somos una empresa cien por ciento mexicana, todos los directivos y todos los socios son mexicanos.

–¿Qué efectos tendría prohibir?

–Sería un costo impactante en perjuicio de nuestro país. Muchas empresas van a pensarlo antes de invertir aquí, porque les costaría mucho trabajo llegar, instalarse y crear toda una estructura laboral. Hoy vienen, contratan a una empresa de tercerización que recluta, capacita, administra, y ellos llegan prácticamente a producir.

–Se cuenta que usted tiene un megasindicato de protección.

–(Ríe) No, no tenemos. Ojalá… Tenemos que trabajar con 20 o 25 sindicatos y de diferentes federaciones: de la CTM, CROC, CATEM, creo que de todos. Si llego con un cliente y ya está con uno, tengo que aceptarlo, porque sería inconveniente no hacerlo; habría una guerrilla sindical. Ojalá, pero no, es muy difícil que haya un solo gremio.

Beyruti machaca un punto: la suya es una empresa dedicada a tercerizar correctamente, puesto que inscribe al personal en el IMSS con el sueldo real y paga todas las cuotas e impuestos. “Todas mis facturas están soportadas con las nóminas, con las altas en el IMSS y el Infonavit, con el contrato individual y el colectivo con el sindicato, con el de prestación de servicios…”

Otras firma, asegura, hallaron un nicho para la evasión en la facturación de servicios profesionales, y esa fue una fórmula que emplearon en sus tratos con muchos gobiernos estatales.

–A usted lo señalan como facturero, como lo hizo la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, a partir de informes del SAT (Servicio de Administración Tributaria).

–Desconozco por qué. Ella está haciendo un buen trabajo, pero creo que ahí se equivocó.

A finales de septiembre pasado, en el contexto de la toma de una sede de la CNDH, Sheinbaum denunció que GINgroup financiaba actos violentos por medio de su vicepresidenta, Beatriz Gasca.

Beyruti dice que la aludida no era vicepresidenta a nivel general y mucho menos su brazo derecho. Asegura que contrató un despacho externo para investigar las acciones de Gasca, a quien separó de su cargo a pesar de considerarla una profesional muy capaz, y que está a la espera del informe.

Me pueden hacer auditorías y no me opongo, al contrario, abro los libros sin ningún problema, si hay una revisión conforme a derecho. Soy el productor más importante de empleo. Creo que debo estar en el segundo o tercer lugar de las empresas principales, pagando contribuciones. Entonces, pues lo que estamos haciendo es apoyar al Presidente con este tema tan complicado del empleo, sobre todo por la pandemia.

A la espera de los términos de la iniciativa, se planta: No me escondo, no me niego a que me revisen, a nada. Aquí estoy platicando con usted.

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