En estos casi dos años de gobierno, hemos cambiado las características del Estado en el ámbito de la seguridad y lo más importante: ha quedado en el pasado el contubernio de autoridades federales de seguridad pública con la delincuencia, afirma Alfonso Durazo Montaño, en su renuncia como titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSCP).
En su carta de renuncia señala que “anteriores gobiernos dejaron avanzar la violencia a niveles de emergencia nacional. Encontramos instituciones de seguridad insuficientes, corrompidas e impregnadas de vicios. La guerra contra el narco desembocó en cientos de miles de vidas perdidas y desaparecidos a causa de la violencia, por citar con cierta cortesía los saldos más relevantes”.
Durazo refiere que este gobierno “inició en el peor escenario posible. No podíamos fingir que el problema era sencillo ni limitarnos a administrar el caos heredado. Lograr la paz pasaba por dotar al Estado mexicano de los instrumentos imprescindibles para combatir eficazmente la inseguridad pública.
La confianza que depositó en mí para ser parte del equipo responsable de enfrentar ese desafío me ha representado una oportunidad histórica”.
Concediéndome con ello el más alto honor de que he sido objeto en mi vida pública.
— Alfonso Durazo (@AlfonsoDurazo) October 30, 2020
Gratitud y compromiso con tod@s aquello@s que me ayudaron a cumplir en los mejores términos con mi responsabilidad (2/2) pic.twitter.com/6bcwXL9Yn4
Tras mencionar que ha quedado atrás el contubernio de funcionarios con grupos delictivos, asegura que se retomó “el control de la Policía Federal y de la Gendarmería, penetradas ambas por la corrupción y ahora extintas en un marco de respeto a los derechos de sus integrantes.
“La creación constitucional, reglamentaria, organizacional, administrativa y presupuestal de la Guardia Nacional, entidad de trascendencia histórica, está debidamente concluida; Ahora solo debe continuar su proceso de crecimiento y maduración institucional”.
En cuanto a la SSPC sostiene que se “completó el ciclo para la creación” de la secretaría, y aunque menciona que “enfrenta las limitaciones propias de su novedad; no obstante, cumple ya su función medular como cabeza de sector e instancia de coordinación del Gabinete de Seguridad”.