Santiago. Alrededor de mil personas se congregaron este viernes en la plaza Italia de Santiago en una nueva tarde de protestas y disturbios, cinco días después de que se aprobara en las urnas y por rotunda mayoría la redacción de una nueva Constitución para Chile.
A pesar de la votación del domingo pasado en favor de un cambio constitucional reclamado de la calle durante más de un año para enterrar la Carta Magna heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), un millar de personas volvieron a la céntrica plaza, epicentro de las protestas iniciadas el, 18 de octubre de 2019.
Parte de esos manifestantes se enfrentaron a Carabineros (policía militarizada), que desde la mañana desplegó cientos de agentes y decenas de vehículos blindados.
Manifestantes arrojaron piedras a la policía, que respondió con carros lanza-agua, popularmente conocidos como "guanacos".
La represión dejó numerosas personas heridas por los químicos mezclados en el agua de los carros, que generan irritación en la piel y complicaciones respiratorias que hacían en ocasiones vomitar a los afectados, según constató un periodista de la AFP.
"La única forma que ha tenido la gente es salir a la calle y no soltarla. La gente se organiza y se levanta de distintas maneras. Algunos están acá y otros en sus territorios. Chile despertó y no hay vuelta atrás", dijo a la AFP una manifestante que se identificó como Elena González, profesora de primaria de 29 años.
Parte de los manifestantes reclamaban la libertad de las personas detenidas y encarceladas durante más de un año de revuelta callejera, la gran mayoría todavía en prisión preventiva a falta de juicio.
Lemas como "Presos de la revuelta a la calle" o "Libertad, libertad, a los presos por luchar" fueron coreados por la multitud.
Las protestas iniciadas en 2019, que dejaron 30 muertos y miles de heridos y detenidos, se originaron en un reclamo contra el alza del precio del billete del Metro de Santiago y acabaron denunciando los altos niveles de desigualdad existentes en el país y las políticas del gobierno del conservador Sebastián Piñera.